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Confinamiento, día 37 00:24:25 Confinamiento, día 37 Video Duration : 00:24:25 con Prem Rawat

Confinamiento – Día 37

Hola a todos. Espero que estés bien. Durmiendo bien, descansando, cuidándote. Que estés seguro, sano.

Por supuesto que la salud no solamente es que tengas bien los músculos, los pulmones o el corazón, los riñones, el hígado, sino que también esta cosa grande que está aquí arriba tiene que estar bien. Afecta todo tu cuerpo y cuando se asusta, se confunde o no está en forma te puede producir estrés en todo el organismo.

Muchas personas han expresado eso. No muchas. Bueno, la cantidad en sí es muy pequeña en relación con todas las expresiones que han llegado de personas que comentan cuánto están disfrutando de esto. Espero que tú lo estés disfrutando, que te esté trayendo claridad para seguir adelante en tu vida. Día tras día con algo de claridad, porque eso es lo que importa en la vida.

Pensamos que en la vida somos intermediarios entre nuestra existencia y todo este mundo. De modo que tenemos que negociar esto, eso y lo otro. Pero tienes que ver el mundo con los ojos del mundo. Al mundo, en realidad no le interesas tú. Le interesa su propia continuidad, perpetuarse. Tú solamente eres un peldaño de esta escalera inmensa, a ti simplemente se te va pisar y ya está. Y como tantas personas antes que tú, también tú quedarás en el olvido.

Pero cuando lo ves con tus ojos la historia es un poco diferente. Quieres que esto sea un tiempo significativo. Un tiempo en el que prosperas, no solo externa sino internamente. Que seas feliz, que estés pleno. De nuevo, la felicidad no es un montón de casillas para marcar y que al final diga: “Si marcaste más de cinco eres feliz”. Eso no es felicidad. El éxito es una cosa y sentir el éxito es otra. Hay muchas personas que han llegado a la cima de lo que se consideraría éxito. Pero, ¿se sienten exitosos? Las personas les dicen que tienen éxito pero ¿se sienten exitosos dentro?

Hay muchas personas que por fin han llegado a ese momento en el que tienen a la persona que aman y todo lo demás. Pero simplemente no logran que funcione. No pueden hacer que su matrimonio ande bien. No lo pueden lograr porque lo están mirando de la forma equivocada. No lo están viendo con los ojos de la sencillez: “Aquí hay otro ser humano”. Lo único que están considerando son sus expectativas de ese ser humano, pero no están viendo a ese ser humano.

Muchas de las preguntas que han venido se relacionan directamente con eso. Las personas saben lo que quieren de sí mismas. Pero no saben quiénes son, como son. Saben cómo deberían ser, no saben cómo son. Y hay una gran discrepancia. ¿Y cómo resolvemos esto? ¿Cómo nos deshacemos de esto? De modo que tengo que comenzar desde cero. Y esto es lo que digo yo: “Relájate, tómate las cosas con calma, comprende algo. No estés tan nervioso por lo que ocurra. Relájate”.

Tienes todo lo que necesitas. Dentro de ti hay un océano de respuestas ¿Necesitas las preguntas correspondientes? No necesariamente. Con las respuestas basta. Dentro de ti tienes un inmenso océano de serenidad. Tienes entendimiento, tienes bondad, perdón, tienes el poder de seguir adelante. Así que relájate.

Tienes todo, todo lo que necesitas para tener éxito de verdad, para estar verdaderamente pleno, verdaderamente en paz, para ser verdaderamente feliz en este mundo mientras estés vivo. Así que respira profundamente, despeja la cabeza, comprende que tienes todo lo que necesitas. Lo único que tienes que hacer es sentirlo, reconocerlo. No creerlo sino conocerlo.

Tienes eso, lo has sentido antes en tu vida. Quizás por un instante fugaz, pero con eso basta. Es suficiente para decir: “Sí, ahí hay algo. Ahí hay algo muy poderoso”. ¿Alguna vez he hecho el esfuerzo de invitar a esas cosas, de evocarlas? No provocarlas, sino evocar esas cosas en mi vida. La ira es provocada, la incertidumbre es provocada. La duda también es provocada. La claridad se evoca. Existe una enorme diferencia entre ambas cosas. Esto no lo vas a desencadenar a la fuerza. Tiene que ser de una manera muy sencilla que viene del entendimiento, que viene de la sed; la sed de claridad en tu vida, la sed entendimiento, de paz en tu vida.

Todos quieren ser mejores personas. Pero yo pregunto ¿por qué? ¿Por qué quieres ser mejor? ¿Para los demás o para ti? Ahora, tienes que contestar eso correctamente. Cuanto menos sincera sea tu respuesta peor va a ser todo. Tienes que ser sincero. Si es así mira de nuevo, relájate. Comprende algo: no se trata de perderse sino de encontrarse. Así que no importa cuántas veces te pierdas siempre y cuando te encuentres, siempre y cuando vuelvas a tu camino.

Lo peor que puedes hacer es no volver a tu camino y seguir perdiéndote. Así que ¿por qué quieres claridad en tu vida? ¿Por qué quieres entendimiento en tu vida? ¿Por qué quieres estas cosas en tu vida? ¿Por ti?, ¿porque sientes en ti la necesidad de estas cosas? ¿O sientes que entra ahí tu adoctrinamiento sobre cómo tienes que lidiar con este mundo? “Tienes que hacer esto, tienes que hacer lo otro”.

Muchas veces me alojo en hoteles. Llegas y alguien te abre la puerta, te dice: “Buenos días, bienvenido”. Y tú le sonríes. La interacción que tendrás con él durará cinco, diez segundos con suerte. Algo así. Dices: “Buenos días”. Y entras. ¿Por qué lo haces? ¿Eso lo haces con una persona a la que amas? Por la mañana, cuando te despiertas y ves a tu esposa, tu esposo, tu hijo, ¿le dices?: “Buenos días, ¿cómo estás? Bienvenido.” No, solo dices: “Eres esto, eres lo otro”.

Porque todo esto tiene un peso enorme en tu cabeza. Recuerda mi ejemplo del joven que había terminado sus estudios. Regresaba a casa, iba conseguir un trabajo, se encuentra con un anciano y le dice: “Estoy a punto de comenzar mi vida, de hacer todas estas cosas. Dime: ¿cómo es?, ¿qué debo hacer?”. Y el anciano se quitó la carga de encima, la puso en el suelo, se enderezó. Luego, se volvió poner la carga a cuestas, se volvió encorvar y siguió andando.

Así que te pregunto: todas esas cosas que haces en tu vida, ¿las haces con esa carga de todas las cosas que tienes encima de la cabeza, esa carga con la que empiezas el día? Ya sabes a qué carga me refiero: “¡Ay, Dios mío! Tengo que hacer esto, tengo que hacer aquello, tengo que hacer lo otro”. Y después: “¡Ay, tengo que hacer también esto otro y esto!”. Y: “Se me olvidó esto y tengo que recordar lo otro”.

Así que empiezas tu día con un horrendo déficit de claridad, un horrendo déficit de entendimiento, una falta enorme de liviandad. De esa liviandad que sientes cuando te quitan un peso enorme de encima. Así que comienzas el día, comienzas todo y sigues el día entero con ese peso. Te presiona y te presiona. Y tu visión, que debería ser así de amplia, empieza a reducirse, a estrecharse cada vez más. ¿Por qué? Por el temor. Eso es lo que hace el temor.

Ahora le temes a todo. Le temes a tu futuro. En realidad le temes a tu futuro aunque el futuro no ha llegado aún. Porque cuando llega el futuro llega en forma de hoy. No tienes ni idea de lo que está pasando hoy. El ahora para ti no significa nada. Ayer, un montón de recuerdos. Y si es esta la condición en la que te encuentras, comenzando con un enorme déficit y presionado, estoy seguro de que esos recuerdos a los que me refiero no son agradables.

Estás en todo un aprieto: ni idea del día de hoy, malos recuerdos del día de ayer. Todo está invertido en el mañana y el mañana no llega nunca. Así que esto es maravilloso. Una trampa perfecta. Todo está invertido en el mañana. El mañana no llega nunca, hoy es todo lo que tienes. El futuro va a llegar como hoy. No tienes ni idea de qué se trata el hoy ni el ahora, y tienes unos malos recuerdos guardados del ayer: “Sucedió esto, sucedió aquello, sucedió lo otro”. No puede ser bueno.

La única manera de salir de esto es sacudirte. Sacúdetelo. Es lo que le digo a las personas: “sacúdetelo”. Funciona. Sea cual sea la situación, sea cual sea el temor que tengas. Puede que sea muy real, puede que sea todas esas cosas. Pero tú como ser humano tienes que seguir adelante sin importar lo que suceda. Y la única forma en que vas a poder seguir adelante es sacudírtelo. Empezar fresco, como lo hizo el día de hoy.

Todo oscureció y se mantuvo oscuro, a eso le llamamos la noche. Y después, al alba, llegó esta luz hermosa. Lentamente esa luz empezó brillar más, más y más. Comenzó de una manera muy humilde, desplegándose en el horizonte. Lentamente, mientras iba llegando esa luz, volviéndose cada vez más brillante, el mundo entero empezó a moverse en torno a ella. Los pajaritos empezaron a cantar y por fin el sol, el que trae la luz, rompió la línea del horizonte y salió. Y llenó al mundo con la luz más magnífica. Y ahora ya puedes ver, puedes sentir el calor del sol.

Existe un sol esperando que lo reconozcas, que lo comprendas, que le des la bienvenida en tu vida para poderte traer ese calor, esa luz, esa belleza. Para que puedas ver que esos obstáculos a los que tanto temes no son tan grandes como te imaginabas. Que hay una vida. Esta vida puede seguir adelante. Tu corazón va a seguir deseando esa felicidad sin importar las circunstancias externas. Y la gente se pone a mil por hora con esto: “¡Dios mío esto es terrible!, ¡qué horror, esto es horrible en mi vida!”

Hay muchas personas que dicen: “No me llevo bien con mi familia”. Bueno, bienvenido al divertido mundo de la familia. Les pasa a muchas personas, no eres el primero al que le pasa. Pero puedes hacer las paces y te puedes llevar bien con tu familia. Eso es lo que tiene de lindo. Nadie tiene que ser tu enemigo. Puedes hablar con ellos, hacer las paces. Te pueden decir lo que no les gusta. Tú puedes decirles a ellos lo que no te gusta. Pueden comunicarse.

La gente dice: “¡Ay, mi familia se está derrumbando”. El esposo necesita que lo comprendan y la esposa también. El esposo llega casa, ha estado golpeándose la cabeza contra la mesa todo el día. Para él no es fácil, nadie quiere su trabajo... Está bien, hay personas a las que les encanta su trabajo pero son una pequeñísima minoría. No son mayoría. Muchas personas están en la oficina, donde sea; trabajan, trabajan, trabajan. Un descanso breve para almorzar y trabajan, trabajan.

Regresan a casa y he aquí la tormenta perfecta. ¿Crees que el trabajo de este hombre es difícil? ¿Crees que es fácil quedarse en casa? No es que la esposa se quede en casa... A veces es al revés, donde la esposa es la que sale de trabajar y el esposo se queda en casa: tiene que limpiar, cocinar, limpiar la casa, lavar la ropa, pasar la aspiradora. Hay mucho que hacer. Llegan las cuentas, sucede esto y aquello ¿Crees que es fácil que la casa sea habitable? Es una tarea dificilísima. Se requiere mucho.

Tienes dos personas. En el primer ejemplo el esposo llega a casa, la esposa ha venido tramando esto el día entero: “Espérate que llegue a casa, se las voy a cantar todas”. O al revés. Injusto. Injusto. Los dos, los dos necesitan un descanso. Los dos tienen que relajarse, sentarse. No hablar de sus problemas sino hablar el uno del otro: “¿Cómo estuvo tu día”. “¡Ah!, no me fue muy bien. Qué bien que estoy en casa”. Eso es exactamente lo que hay que trabajar. El hogar no es un lugar físico. Así que si alguien te dice “quédate en casa, en confinamiento”, el hogar no es un lugar físico. Es un lugar dentro de ti, ese es tu verdadero hogar. Es el que llevas cuando vas de viaje.

Cuando puedes estar aquí, cómodo contigo mismo, estás en casa. Porque hay personas que están en el lugar físico pero no sienten que están en casa. No se sienten bien de estar ahí. Es algo como para pensarlo.

Y la razón por la que digo estas cosas, en cierta forma, es para prepararnos para el PEP. Ya mencioné lo que es el PEP y la cantidad de personas que ya lo han hecho, pero he aquí de lo que  se trata todo este asunto: es muy, muy sencillo. Cuando yo veo el PEP, lo que me sorprende cada vez es lo sencillo que es. La mayoría de los entrenamientos a los que he asistido o que he dirigido son muy complejos y muy complicados. Una de las cosas que tiene el PEP es que no es complicado. Es muy, muy sencillo.

Es mi mensaje, el mensaje que yo doy. Lo único es que en vez de solo escuchar y dejar que te entre por un oído y te salga por el otro, tienes que prestar atención. Porque después anotas lo que entendiste, lo que aprovechaste. No tus preguntas, sino lo que entendiste. Y prestarle atención al mensaje de esa manera es lo que marca la diferencia.

¿Es para todos? No. Tienes que querer hacer este Programa de Educación para la Paz. Si no quieres hacerlo, bien, y si quieres también. Pero es algo serio, y lo digo porque puedes sacarle mucho partido. Todos lo han aprovechado mucho. Yo sé que tú también puedes aprovecharlo. Ha habido personas de la cárcel a las que han puesto en libertad cuando estaban haciendo el Programa de Educación para la Paz. Y han ido a ver al alcalde y le han dicho: “¿Me puedo quedar unos días más para terminar el Programa de Educación para la Paz?” Esto no ha ocurrido una sola vez. Ha sucedido muchas veces.

Tienes las guerrillas en Colombia, los tigres en Sri Lanka. Todos decían: “Si yo hubiese sabido esto antes no estaría en el aprieto en el que me encuentro hoy.” Es un programa muy poderoso, ¿pero quién lo hace tan poderoso? Tú. Tu deseo, tus ganas hacen que sea poderoso. Y es muy sencillo: escuchas y después reflexionas sobre lo que has escuchado, esas reflexiones me las mandas a mí y luego alguien va a recopilarlo, ponerlo en orden y yo voy a revisar algunas. Y luego las compartimos.

Normalmente se hace en un ambiente de cinco, diez personas que comparten lo que anotaron, pero aquí lo vamos a compartir con miles y miles más. Así que está perfectamente bien si quieres hacerte a un lado y simplemente observar, o si estás dispuesto a participar más activamente. Hazlo y prueba el Programa de Educación para la Paz. Es divertido.

Mira, se trata de pasarlo bien, de divertirte ¿Para qué quieres estar pleno en esta vida? Para divertirte. ¿Y para qué la claridad? Para divertirte. ¿Por qué quieres alejarte de la tristeza? Para divertirte. Todos queremos divertirnos. Intentar divertirnos en medio de todo este asunto del coronavirus no es fácil. ¿Pero es posible? La respuesta es Sí. Sí es posible.

Así que muchas gracias. Estoy entusiasmado por hacer el PEP con ustedes muy pronto. Gracias.

Cuídate. Mantente seguro. Mantente bien. Y lo más importante: sé.

En Confinamiento, Día 34 00:19:13 En Confinamiento, Día 34 Video Duration : 00:19:13 con Prem Rawat

Confinamiento – Día 34

Hola a todos. Espero que estés bien. Hoy me gustaría hablar de algo un poco diferente. Porque tiene mucho que ver contigo en relación con todo lo demás que ocurre en este mundo.

Desde una muy temprana edad se nos dice qué hacer y qué no hacer. Por favor no te lo tomes a mal. No digo que esto sea bueno o malo. Lo que digo es que llega un momento en la vida en el que simplemente hay que considerar esto. Considerarlo, si de algo sirve. Y ahí vamos. Cuando somos muy, muy pequeños nos dicen: “no puedes hacer esto, no hagas aquello, eso no es bueno”. Quizás tomemos nuestro juguete, lo estrellemos contra la pared, los padres dicen: “no lo hagas” y paramos.

En este proceso, es importante escuchar lo que nos dicen las personas. Y muy pronto aparece, por supuesto, un anhelo, un deseo de hacer algo. Pero luego está la influencia externa que te indica si puedes o no puedes hacerlo. Y esto continúa. Y en cada paso, en cada fase de tu vida, suceden cosas así. Te haces un poco mayor, empiezas a ir a la escuela y te cargan con una lista interminable de responsabilidades. Y te dicen lo que puedes y no puedes hacer, nuevamente. Eso es lo que te dicen. Creces un poco más, empiezas a tener muchos amigos y es lo mismo. Nuevamente, ahora un grupo diferente de personas te está indicando lo que puedes hacer y lo que no puedes hacer. Y te haces mayor y tienes otro tipo de amistades. Nuevamente hay reglas, hay limitaciones, hay disciplina. No estoy juzgando si eso está bien o está mal, no lo juzgo en absoluto. Algunas de estas cosas sí las necesitamos. Así es.

Y así continuamos. Quizá consigamos un trabajo. Ahora tenemos un grupo diferente de personas: tenemos jefes, tenemos colegas, y nos dicen qué podemos hacer o no podemos hacer. Y así continúa. A lo que voy con todo esto es que: bueno, ¿por qué considerarlo? Porque quizá, en cierto momento, en todo este periodo de tiempo que llamamos existencia, tenemos que tomar algunas decisiones importantes:

“He estado tratando de satisfacer a la sociedad, de cumplir con lo que nos decía la sociedad. Sí, voy a hacer esto, voy a hacer aquello”. Pero llega un momento en el que necesito mirarme a mí mismo y a esta existencia como algo mío, no de otro. No la idea de otra persona sobre quién podía ser yo sino mi idea sobre quién debería ser. Tengo que excavar profundo y entender cuál es mi realidad. Quién soy yo. Qué soy. Cuáles son mis necesidades. Éstas son las cosas que quiero fortalecer. Y es como que he sido este soldadito perfecto y el mundo me ha ordenado: “Marcha, marcha, marcha.” Y he marchado. Me han dicho: “Ve a hacer tal cosa, ve a hacer tal otra; piensa de esta manera y piensa de aquella manera”.

Pero antes de que la vida te pase por delante y se acabe, y que nunca se vuelva a manifestar para ti, estaría muy bien que tú que estás vivo te tomaras un tiempo para mirarte a ti mismo. No como lo hace el mundo, sino mirarte a ti mismo y a tu mundo. Considerar cuáles son tus necesidades. Escuchar lo que te dice tu corazón. Entender quién es ese tú verdadero, fundamental. Y sé que hay personas que tienen miedo, tienen miedo de verse a sí mismas. Porque, ¿si se miran y encuentra algo feo?

Pero, ¿sabes cuantos riesgos asumes? Te arriesgas muchísimo en el mundo. Te metes en tu auto, te vas a la autopista; vas conduciendo en la autopista y te arriesgas a que alguien se estrelle contra ti. A veces sucede eso. Te estás arriesgando, pensando que esos cuatro neumáticos permanecerán intactos. Te arriesgas al pensar que tus frenos nunca fallarán.

Si vas a volar, estás corriendo el riesgo de que alguien que estaba armando el ala golpee el remache que se estaba saliendo con tanta fuerza que ahora el avión no sea seguro y que, si se presenta un imprevisto, el avión se desarme. No sería la primera vez que pasa. Estas cosas han pasado. Alguien se entusiasma demasiado con el martillo sobre el motor y el motor empieza a desintegrarse. Ha ocurrido. Así que corremos riesgos. Le apostamos a todo.

Apostamos a que nuestros amigos sean buenos. Apostamos a que vamos a tener un buen empleo. Apostamos a que el jefe sea bueno. Pero nunca apostamos a nosotros mismos. Tarde o temprano llegará el momento en que vas a tener que apostar a ti mismo. Vas a tener que decir: “Muy bien, quiero saber; quiero experimentar mi vida como se supone que tiene que ser experimentada, no de acuerdo a la definición de otro, de cómo habría que experimentarla, sino como debe ser experimentada de verdad.”

La simplicidad. La simplicidad de la vida, de la existencia. ¿Cómo es esa simplicidad? ¿Cómo es despertarse y tener un anhelo y una sed en tu corazón de sentirte pleno? Y no dejar eso de lado, y decir: “voy a buscar algo que me cure de esto”. Sino sentarte con ello y sentir. Sentir esa sed. Y lo importante y bello que es que esta sed exista como fuente principal de inspiración que nos motive a encontrar esa paz, a encontrar esa plenitud en nuestra vida.

Transformarnos totalmente de ser un soldadito de madera que solo marcha y marcha, a sentarnos a aceptar el mar de la serenidad que existe dentro de cada ser humano. Y, ¿qué sentirás al verte con tus propios ojos? No con los ojos ni con la interpretación de otro sino con tus propios ojos ¿Que sentirás al darte la bienvenida desde tu propio corazón, a ti y a tu existencia? Sin juzgarla, ni calificarla de buena o mala. Y no crear divisiones en tu mundo, con lo bueno y lo malo, lo bueno y lo malo. Aunque ese es el mantra que te han enseñado y que has estado recitando desde que eras muy pequeño: correcto, incorrecto; bien, mal; bien, mal.

Pero hay algo más allá de lo correcto y lo incorrecto. Y es algo bueno, hermoso y sencillo. Se trata de tu existencia, se trata de ti. No de tus fantasías sino de ti. De tu satisfacción, no de satisfacer las expectativas de otros. Porque ves un anuncio de un refresco y dices: “Lo quiero”. Lo que están diciendo es que, si lo consigues, te sentirás satisfecho. La verdad es que no serás tú sino esa compañía la que se sentirá satisfecha si compras su refresco.

Y esto es lo que ha pasado: que has hecho ciertas cosas. Pero antes de que esta vida te pase por delante sin enterarte (y está pasando muy, muy rápido), muy pronto, antes de que te des cuenta, se habrá acabado. Y no estoy hablando del coronavirus ni de la situación actual. Simplemente, estoy diciendo las cosas como son. Se trata de un periodo de tiempo demasiado corto.

Lo importante es que te des cuenta de que viniste y quizás el mundo entero no te comprendió, pero te comprendiste a ti mismo. Que procuraste sentirte pleno en medio del gran vacío, de la locura de pensamientos que tenemos.

No puede ser tanto tiempo que los seres humanos emprendieron una forma diferente de vivir. Y fue con la agricultura. Porque con la agricultura llegó la idea de protección. Necesitabas protección porque trabajabas muy duro. Lleva tiempo y dependes de la naturaleza: ¿cuándo estará lista tu cosecha? Luego viene alguien y te la roba. Y toda esta comida que había que transportar de un lado a otro. La idea de carreteras, la idea de soldados, de reyes.

El concepto de la sociedad actual ha surgido prácticamente desde que apareció la agricultura. Podría estar equivocado, pero esto es lo que leído. Antes de eso éramos diferentes, vivíamos de manera diferente. No existíamos para algo en particular. No estábamos atados a nada porque simplemente podíamos ir a cualquier parte a buscar alimento. Vivíamos para encontrar alimento. Y el alimento que encontráramos, lo traíamos para casa. Pero la agricultura nos dio la oportunidad de que una persona produzca todos los alimentos, y todos los demás no tenemos que estar ocupados haciendo eso. Podemos estar en casa sentados, hacer lo que queramos y tendremos nuestros alimentos.

Hemos tratado de convertir todo, incluso a cada hogar, en la tierra de la abundancia. Pero no se trata de eso. De lo que se trata es que hemos intentado hacer todo esto y quizá algún día tengamos éxito. Por ahora, de acuerdo a nuestro historial, no hay ninguna indicación de que lo vayamos a lograr en un futuro próximo.

Porque el cambio radical que esto requeriría, para que nos desconectemos de ello, es increíble. Se necesita algo como este coronavirus para que nos entre en la cabeza que somos humanos. Esto es lo que este coronavirus nos está diciendo. Ya sé que el virus no puede hablar, pero es lo que ha sucedido.

Nos enfrentamos a la cruda realidad. Se han apretado los frenos de este autobús que se estaba cayendo por el barranco en algún lugar. Y se pisó el freno. Y hay cierto grupo de personas a quienes lo único que les interesa es poner en marcha ese autobús. Ponerlo en marcha otra vez aunque eso signifique que se caiga por el barranco. Hay que poner ese autobús en marcha.

Cuando lo que se necesita es que entendamos de qué se trata todo esto. Cómo queremos ser, cómo queremos vivir. Y yo no soy ningún doctor para la sociedad, pero soy un defensor de entender a cada ser humano que se encuentra sobre la faz de esta tierra. Veo ese potencial, que cuando los seres humanos, tantos como sea posible, puedan ser fuertes, esa fuerza nos fortalecerá a todos. Para avanzar, para tomar esas decisiones difíciles que tenemos que tomar. Y mejorar la vida para todos nosotros, para todos nosotros. Pero comienza con que te veas realmente a ti mismo como un ser humano.

Igual que le hemos dado muchas oportunidades al mundo, darnos la oportunidad a nosotros mismos. A nuestro corazón. Darle la oportunidad a la necesidad que yace en ti de sentirte pleno. Para muchos, cuando escuchan la palabra paz, todo se derrumba. Y están los del SÍ, y están los del NO.  Donde quiera que vas, en todo el mundo están los del SÍ y los del NO: “Sí, eso es una buenísima idea. No, eso nunca va a ocurrir.”

Pero, ir más allá de eso y decir: “¿Por qué tengo en mí la necesidad de paz? ¿Por qué quiero libertad?”. A fin de cuentas, cuando se dice la palabra 'libertad', suena muy bien. Entonces, ¿qué te limita? A no ser que estés encarcelado, y no lo estás o quizá sí. Pero, ¿qué te limita? ¿Por qué te gusta la idea de libertad? Porque quizá no te veas encarcelado físicamente pero estás privado de esa libertad auténtica, de esa experiencia verdadera que deseas sentir en tu corazón. En ti.

Las personas dicen: “¿Dónde está el corazón?: ¿está aquí, o aquí?”. ¿Qué importancia tiene? ¿Es importante que una persona se encuentre en un domicilio en particular? ¿O lo que es importante es la persona en sí, no el domicilio? Si quieres encontrarte con una persona que no está en su casa sino que está en la oficina de correos de la esquina, te reunirás con ella en la oficina de correos de la esquina, porque la conexión ¿es con la persona o con el domicilio?

Muchas personas quieren la conexión con el domicilio. No les importa la persona. Nunca conocerán a esa persona. Nunca entenderán quién eres, porque tienes que decir: “No se trata de donde esté, sino de que tengo un corazón. Hay una parte de mí que aspira a encontrar paz, que aspira a encontrar alegría, a que yo sea feliz, a que yo sepa, a que sienta claridad, a que me sienta pleno”.

A eso le llamo corazón. Aquello que me inspira hacer cosas extrañas, raras a veces, esa es otra parte de mí. Pero hay una parte de mí a la que le doy la bienvenida: “Te quiero conocer y entender más y más. Tanto como pueda.” Claro que, antes de que esta vida me pase por delante sin que me entere, darle la bienvenida, entenderla y encontrar la fortaleza en esa parte, porque es real.

Yo necesito ser auténtico, tú necesitas ser auténtico, el mundo necesita ser auténtico. Y necesitamos ser auténticos con nosotros mismos. Tenemos que intentarlo con nosotros. Estar vivos, sentirnos plenos.

Mantente bien. Mantente saludable. Mantente seguro. Sé. Hasta luego y gracias.

Confinamiento, día 36 00:21:54 Confinamiento, día 36 Video Duration : 00:21:54 con Prem Rawat

Confinamiento – Día 36

Hola a todos. Espero que estén todos bien. Hoy es domingo de nuevo. Voy a leer algunas preguntas e intentaré contestarlas. Espero que las cosas vayan progresando, aunque definitivamente en Estados Unidos es un poco distinto. Pero espero que al final todo se resuelva.

Una cosa más de la que quisiera hablar un poco es sobre una de las preguntas de ayer, creo. Alguien me preguntó: “¿Quieres ver un cambio en este mundo?” Y me quedé pensando en eso. Ya me habían hecho esa misma pregunta antes, creo que fue en Sudáfrica. Y mi respuesta fue: “Sí, quiero cambiarme a mí mismo.”

Así qué quiero reiterar eso. Sí, tengo una lista de cosas que quiero cambiar, pero en realidad lo único que puedo cambiar es a mí mismo. Es igual para ti: tú puedes cambiarte a ti mismo. Y es eso lo que va a marcar la diferencia. Porque es muy fácil quedarse atrapado en la pregunta: ¿Qué te gustaría que cambiara? “Bueno, sí, quisiera que cambiara esto y quisiera ver aquello otro.” Y toda esa conversación.

Porque mira, yo he estado participando en esto de contestar preguntas, este tipo de preguntas, desde que tenía nueve años de edad. Es un tiempo muy largo. He pasado por esto. Y muchas personas presentan esta clase de preguntas. “¿Realmente piensas que la paz mundial sea posible? ¿Quieres que suceda la paz mundial? ¿Piensas que las cosas van a funcionar?” Y así sucesivamente.

En todo este tiempo, algo que visto es que no nos responsabilizamos de nosotros mismos. No nos concientizamos: “Yo tengo que cambiar”. En toda la fórmula, en toda esa serie de cosas, falta la persona. Una persona, la persona que hace la pregunta, está faltando. ¿Cómo va a ser entonces ese conjunto de cosas?

Es como el chiste de los tres chiflados: “¿Cuántos somos? Estamos solo dos. Falta uno.” Pero ahí están los tres. Empiezan a contar “uno, dos” y ninguno se cuenta a sí mismo. Es igual de cómico. Estamos  contando a todos los demás, esperamos que todos los demás cambien pero no nosotros, pues no necesitamos cambiar.

Estaba viendo un informativo y una persona decía: “Tenemos que poner fin a este confinamiento porque la economía se va a venir abajo.” Bueno, el tema es... y no sé si debería entrar yo en este tema, pero es que me parece que es una pregunta muy fuerte. El tema no es la economía. La cuestión es que necesitas comida, tienes necesidades. Y esas necesidades se pueden cubrir. El mundo tendrá que aunar esfuerzos.

Definitivamente el estilo de vida americano y el del país donde nací yo son completamente diferentes. Lo que una persona en América gasta en comida para un solo día… Y no me refiero ni a un hotel grande ni a un restaurante ni nada, sino a algo muy sencillo. Todo lo que puedas comer por cinco dólares. Bueno, en la India alguien come una semana entera con ese dinero.

Hay mucho desequilibrio en el mundo. Y el asunto principal en realidad no es la economía sino la vida. La vida es más importante que la economía. Hemos existido sobre la faz de esta Tierra sin la “economía moderna” desde hace cientos de miles de años. Pero en ese momento sabíamos lo que era importante. Necesitábamos vivir, ganarnos el sustento.

¿Esas cosas han cambiado por completo? No lo creo. Esos elementos están ahí todavía, especialmente en los Estados Unidos. En realidad yo creo que en cualquier país la capacidad de recuperación que tienen las personas está ahí. Pueden reconstruir, recrear su país, hacer de él algo asombroso. Ya lo he visto. Como en Japón, que quedó destruido después de la Segunda Guerra Mundial pero tuvieron la resiliencia de reconstruir el país.

Tenemos esa resiliencia si nos unimos. No fragmentados, sino unidos, podemos hacer que suceda lo que queramos. Yo lo creo. Lo he visto. Pero con una perspectiva demasiado reducida en donde no ves el panorama general sino solamente una pequeña imagen es como se ha producido esa falta de armonía que hay en las sociedades desde hace miles de años. Puedes ver la historia, ahí está. Y si no sabes leer historia quizás alguien te la puede leer. Pero eso es todo histórico. Bueno, estoy hablando mucho, así que volvamos a las preguntas.

La siguiente pregunta es de José, de 74 años: “¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Tengo una meta que alcanzar? Muchas veces pienso: ¿Será que mi vida ha tenido algún sentido? ¿Me puedes ayudar, aconsejar?”

Tu vida siempre ha tenido un sentido, hayas estado de acuerdo con ese sentido o no. Si lo leíste, lo viste o lo sentiste, eso ya es otra pregunta. Pero tu vida siempre ha tenido sentido. Escribes aquí que tienes el don de escribir. Escribe. Si tienes ese don, escribe. Escribe… ¿sobre qué? Sobre lo que quieras. Absolutamente sobre lo que quieras. Y la siguiente pregunta: tienes 74 años, ¿eres muy viejo para escribir? Por supuesto que no. Escribe lo que quieras. Una persona más que se está expresando puede ser algo hermoso. ¿Cuál es el propósito de tu vida? preguntas. Y luego pasas a la segunda parte de la pregunta que es muy interesante: ¿Tengo una meta que alcanzar? De mi parte no. El mundo te dirá que tienes una meta. “¿Has logrado esto? ¿Has logrado esto?”.

Los egipcios se planteaban lo que ocurre después de la muerte y lo resolvían de este modo: Haces todo un recorrido y en este recorrido tienes que poder pasar un montón de obstáculos. Al final, después de pasar por todos los obstáculos llegas a un portón donde hay un guardia que te hace una pregunta antes de dejarte pasar: “¿Has encontrado la paz?” Y si la encontraste: “¿Ayudaste a que otros la encontraran?” Si contestas que sí a las dos preguntas puedes entrar. Si no, no.

Así que ¿tienes una meta para mí? De mi parte no. Pero ¿tienes tú una meta? Y esa meta ¿es tuya o es una meta que el mundo te metió en la cabeza diciéndote: “esta es tu meta”, de una lista que se inventó alguien? Quizás tu meta en la vida sea algo tan sencillo como encontrar la paz en ti. Quizás la meta en tu vida es tan sencilla como disfrutar del verdadero sentido de estar vivo. Creo que vale la pena pensarlo.

“Todavía tengo dudas (esta es otra pregunta, de Nadíar). Todavía tengo dudas sobre el significado de conocerme a mí mismo. Si eso incluye aspectos de mi personalidad o ponerme en contacto con la paz y el amor adentro.”

Conocerte a ti mismo no consiste en conocer tu personalidad ni todas esas cosas. Se trata de conocer al ser verdadero que eres en realidad. Hay una jaula y adentro de ella está el pájaro. Sin el pájaro, la jaula no tiene sentido. La dejas en algún depósito, se volverá inútil. Pero si está adentro, eso hará que la jaula cumpla su verdadero propósito. Esto, lo externo, es la jaula. Esa vida dentro de ti es el pájaro. Cuando ese pájaro se va volando esta jaula deja de tener sentido y la mandan a un depósito o la entierran. O la queman o lo que sea. Así que tu valor es ese pájaro.

La pregunta es: ¿sabes algo sobre ese pájaro? ¿Has sentido ese pájaro? ¿Lo has experimentado? ¿Lo has entendido? ¿O durante toda tu vida solo has intentado relacionarte con la jaula? Porque si solo se trata de la jaula, entonces te olvidaste de lo central. Lo central no es la jaula sino el pájaro que está adentro de la jaula. Es eso lo que te debería atraer. Si lo que te atrae es la jaula y no el pájaro no entendiste, no entendiste la relación entre la jaula y el pájaro.

La jaula está ahí para que el pájaro pueda estar adentro. Sé que es un ejemplo terrible en ese sentido, pero creo que expresa cómo es esa relación. La otra forma en que lo he expresado es que te dan un anillo de diamantes que viene en una cajita. Mientras el anillo de diamantes esté en la caja, la caja es igual de importante que el anillo, porque si se te pierde la cajita vas a estar atónito: “¡Dios mío!, ¿donde está la cajita, la cajita?”.

Siempre y cuando el anillo esté en la cajita… Una vez que sacas el anillo de la caja ésta valdrá lo que vale, un dólar, dos dólares, cinco dólares. El valor está en el anillo y el valor del anillo se transfiere a la cajita. Siempre y cuando el anillo esté adentro de la caja. Una vez que sale el anillo de la caja, la caja no vale nada.

Es lo mismo. No se trata de tu personalidad, de tus idiosincrasias ni de tu forma de ver las cosas. Se trata de ese pájaro, de conocer a ese pájaro, de entenderlo, sentirlo. De eso hablo. ¿Cómo sabes que hay un pájaro? Mientras entre en ti esta respiración hay un pájaro dentro de ti. Y si esa respiración no entra en ti, ahí no hay nada.

Así que para mí en realidad se trata de ser consciente de lo que realmente está sucediendo. Vemos solamente lo que está sucediendo ahí afuera. Eso es lo que está sucediendo porque es lo que vemos. Es como ver una fotografía enorme donde hay cien personas. Sabes que hay otra persona ahí, el fotógrafo que está tomando la fotografía. El no sale en la foto, él la está tomando.

Es igual. Hay otra cosa que está sucediendo: la vida, tu existencia sobre la faz de la Tierra no se trata de todo esto, del cohete que llegó a la luna, de la estación espacial. No se trata de todos los logros tecnológicos que hemos alcanzado. Hay otra cosa que está sucediendo. Otra cosa que quizás no hemos creado nosotros pero aquí está. ¿La aceptamos? ¿La entendemos?

Yo disfruto del mar. Me gusta el mar, me gusta mirarlo. ¿Creé yo ese mar? No, no lo creé. ¿Me gusta la playa? Sí, me gusta, me gusta estar en la playa. ¿Creé yo la playa? No. Me gusta el mango. Mucho. Un mango dulce es maravilloso. ¿Creé yo ese mango? No. No lo creé. ¿Creé el árbol del mango? No. Sé que ahí está. Me gusta, disfruto, quiero estar en contacto con eso aunque yo no... No es que diga: “no, no voy a ir a la playa porque yo no la creé”. No, yo voy a disfrutar de la playa.

Esto es igual. Hay algo que entender sobre ti mismo, tu existencia, tu vida, no lo que sucede en tu vida. Lo que sucede en tu vida es cosa tuya. Puedes cambiar las cosas, moverlas. Si una persona se encuentra haciendo algo que no le gusta puede dejar de hacerlo. Algo cambió. Quizá te gustan los chiles. Un día decides que no quieres volver a comer chiles. Bien. Cambiaste eso. Hay cosas que suceden en tu vida, porque estás vivo. Y luego está el asunto de la misma vida. Yo hablo de eso: de la existencia misma, no de lo que sucede en la existencia. Espero que eso ayude. A veces sí.

Esta es muy buena. Es de Cecil: “Por favor, ¿puedes decirnos lo que significa estar enamorado de alguien?” Esto se pone muy interesante… “Estoy enamorada y eso me hace sufrir porque mi pareja no está tan enamorado como yo. Me ama, pero no está listo de ninguna manera.” ¿Listo para qué? “Estoy tratando de amar sin expectativas.” No, no lo estás. Dices que es así, pero no es así. “Cada vez que le envío un mensaje y no me contesta empiezo a sufrir de nuevo.”

Ahí está: estás esperando una respuesta, esperando que esa persona te conteste. Bueno, perdóname por favor (riéndose), pero es que esto me parece muy cómico. Porque si hubieras leído tu propia pregunta te habrías dado cuenta de que tú esperas algo de esta persona. Estás comparando a la persona contigo: “yo lo amo más de lo que él me ama a mí; le envío un mensaje y espero que él me conteste; no me contesta y empieza sufrir”.

Déjame decirte: ¿cómo consigues que un pajarito venga a posarse en tu mano? Muchas personas creen que la forma de hacerlo es agarrar a ese pájaro, ponerlo en la mano y clavarle ahí sus patitas. Esa no es la forma de conseguir que el pajarito se pose en tu mano. Quédate quieta; muy, muy quieta. No pienses ni por un instante que esto vaya a funcionar. Simplemente quédate quieta. No supongas que va a funcionar. Quédate quieta. Pon algo de comida ahí y sigue muy quieta. Quizás cuando el pajarito sienta que tú no eres una amenaza...

Ahí está la clave: que no seas una amenaza. Porque mientras el pájaro sienta que eres una amenaza va a guardar distancia, pero cuando sienta que no lo estás amenazando vendrá y se posará en tu mano. Y cuando lo haga no te retraigas, porque si lo haces el pajarito se irá volando. Quédate quieta. Muy, muy quieta.

Así es como se ama. Quédate quieta, no enredada en tu imaginación ni en tus expectativas. Ama porque disfrutas de amar, no para hacerte sufrir. Eso no es amor. Eso es sufrimiento inducido. Tú no quieres sufrimiento inducido sino amor. Así se ama. Amas porque quieres amar. Si la otra persona te corresponde de esa misma manera o no, no tiene nada que ver. Tú amas no para lastimar a nadie, ni a ti mismo.

El amor es algo maravilloso. Es una de esas cosas que tienes que experimentar, sentir. Y no por tus expectativas. No por esta gran impresora que está siempre imprimiendo imágenes: “sí, me imagino que estoy con esta persona y vamos y hacemos esto y aquello”. El amor no tiene nada que ver con eso. El amor es, simplemente.

Tienes que comprender que el amor simplemente es. No es algo que tú creas, que tú moldeas, que mezclas, que bates. El amor es. Encuentra ese amor. Y después esa otra persona se va a sentir atraída por ti. Porque no se siente amenazada sino amada por ti. Porque la estarás amando, no dentro de una posición, un espacio específico o de una manera específica. Espero que eso ayude.

Gracias. Bueno, el tiempo fue corto pero es el tiempo que tenemos. Hay más preguntas y continuaremos con ellas. Hasta entonces mantente seguro, mantente bien. Y lo más importante de todo: sé y disfruta. Gracias.

En Confinamiento, Día 32 00:17:52 En Confinamiento, Día 32 Video Duration : 00:17:52 con Prem Rawat

Confinamiento – Día 32

Hola a todos. Espero que se encuentren bien, manteniéndose en forma y saludables. Me gustaría en primer lugar dar la bienvenida a todos los que están escuchando y han estado escuchando estas transmisiones.

Hay 173 países  participando de estas emisiones: India, Estados Unidos, España, Reino Unido, Francia, Argentina, Italia, Canadá, Australia, Colombia. Alemania, Brasil, Nepal, Suiza, Sudáfrica, Malasia, Chile, Portugal, Grecia, México, Países Bajos, Perú.

Uruguay, Irlanda, Nueva Zelandia, Dinamarca, Suecia, Ecuador, Austria, Taiwán, Sri Lanka, Isla Mauricio, Venezuela, Israel, (shalom), Japón, Eslovenia, Costa de Marfil, Bélgica, Finlandia, Singapur, Hong Kong, Marruecos, Benin, Trinidad y Tobago, Noruega, Emiratos Árabes Unidos, Bolivia, Tailandia, Ghana, Nicaragua.

Corea del Sur, Reunión, Croacia, Indonesia, Camerún, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Paraguay, Costa Rica, Ucrania, Guatemala, Filipinas, Fiji, Polonia, Polinesia Francesa, Islas Jersey, Arabia Saudita, Líbano.

Panamá, Vietnam, Chipre, Laos, Madagascar, Guadalupe, Rusia, Lituania, Qatar, República Dominicana, Puerto Rico, Turquía, Kuwait, Omán, Uganda, Bulgaria, Pakistán, Senegal, El Salvador, Nigeria, Túnez, China, Hungría, Kenia

Camboya, Rumania, Bangladesh, Jamaica, Bahamas, Egipto, Montenegro, Malta, Nigeria, Togo, Andorra, El Congo, Kinshasa, Jordania, Angola, Luxemburgo, Bahrein, Irak, Islas Cook, Gabón, Zambia, Kazakstán, Barbados, Malí, Burkina Faso.

Cuba, Estonia, Islandia, Letonia, Malawi, Tanzania, Nueva Caledonia, Cabo Verde, Islas Faroe, San Marino, Kosovo, Zimbabue, Armenia, Bután, Argelia, Honduras, Irán, Islas Caimán, Moldavia, Martinica, Albania, Granada, Gambia, son muchos países.

Macedonia del Norte, Eslovaquia, Timor-Leste, Aruba, Bielorrusia, Curazao, Georgia, Guayana Francesa, Islas  Guernsey, Guinea, Saint Maarten, Maldivas, Mozambique, Papua Nueva Guinea, Palestina, Seychelles, Somalía, Siria, Samoa.

San Bartolomé, Belice, Congo, Brasil, Etiopía, Guam. Y Guyana, Kazajstán, San Cristóbal y Nieves, Liberia, Myanmar, Namibia, Ruanda y Sudán.

Entonces quisiera darles la bienvenida a todos ustedes a estas transmisiones. Espero que las hayas estando disfrutado a medida que avanzamos en esta situación del coronavirus, la cual creo que es durísima para muchas personas.

Una cosa es oír la palabra "confinamiento" y otra es sentirse confinado, encerrado. Creo que esto crea la gran disparidad. ¿Solo porque te digan que hay confinamiento te vas a sentir encerrado? ¿Solo porque te digan "hemos caído  en desgracia" te vas a sentir desgraciado? Esta es la esencia del asunto.Yo conozco a muchos doctores y cuando charlo con ellos les digo: "Hay que tomar en cuenta lo evidente. Si ves a un paciente y ese paciente no está enfermo o no se encuentra mal y no se siente enfermo, no está enfermo..."

Y les digo: "Sé que tu trabajo es determinar si tiene alguna enfermedad. Pero para hacerlo  también tienes que fijarte en lo evidente. Si está claro que están enfermos díselo, pero si no lo están también tienes que decírselo. Y viceversa. Si te llega un paciente que piensa que no está enfermo pero sí lo está, entonces tienes que partir de ahí.”

A veces olvidamos lo evidente. Lo evidente es que estamos vivos y que somos muy afortunados de estar en esta Tierra cada día. Cada día que nos visita nuestra respiración, el aliento, es una maravilla. Es muy importante aceptar y comprender este hecho. Y cada día hacer un pequeño esfuerzo por ser conscientes.

Yo veo la situación del mundo... y me he propuesto trabajar en el desarrollo de un curso, pronto espero poder tenerlo listo. Será una versión diluida del Programa de Educación para la Paz.

Tenemos algunas limitaciones. En el Programa de Educación para la Paz se requiere que los  participantes, aquellos que van a participar, nos envíen evaluaciones acerca de lo que han aprendido y comprendido para poder compartirlas.

No es necesario, si no quieres, que diga tu nombre. No tienes que escribir tu nombre, pero por lo menos que indiques lo que has aprendido, porque eso puede ayudar a otras personas a que digan: "¡Ah! Mira, a esa persona le ayudó esto o aquello, quizás yo debería probarlo también". De esa manera tendríamos un gran equipo.

Uno de los puntos principales es que tratamos de librarnos de las consecuencias. Aunque esas consecuencias son originadas por nuestras acciones o las de otros. No nos gustan las malas consecuencias. Nos gustan las consecuencias buenas.

Y así con todo, por eso cuando llegan cosas malas, hay malos tiempos o épocas tristes, lo miramos todo y decimos: “Bueno, ¿quién ha hecho esto, por qué me ha tocado a mí?" Y sé que muchas personas se sienten como si fueran el blanco de todo.

Y no, no eres el blanco de todo, nadie está tratando de castigarte. Pero tienes que comprender  que las acciones de otros y sus consecuencias no están bajo tu control. Sin embargo sí deberías controlar los actos que tú realices y así podrás mitigar sus consecuencias.

De esto se trata. Vivir la existencia con plenitud es vivirla conscientemente, es decir, sabiendo lo que hacemos. Porque el énfasis debe estar en las acciones que realizamos, no en lo que pensamos.

Pensar es algo diferente. Y tengo pensado hablar sobre esto en uno de los cursos, no sé todavía en cuál. Pero tuve como una revelación sobre cuál es la importancia del ahora.

Muchos hablan de la importancia del momento presente, dicen: "Esto es importante, aquello es importante y el ahora es importante". ¿Pero qué pasa con el hoy? La importancia del hoy es que se compone de muchos ahoras. ¿Y cuál es la importancia del ahora?

Es que ahora es el momento en el que actúas, en el que haces algo. Y siempre que actúas o realizas una acción, esto está fuera del ámbito del pensamiento. Puedes tener todos los pensamientos que quieras. Con el pensamiento puedes visitar el mañana y el pasado. Pero mediante acciones no puedes visitar ni el mañana ni el ayer.

Así que la importancia del ahora es que es ahí donde tendrán lugar tus acciones. Y estas acciones son directamente responsables de crear esas consecuencias. Pueden ser consecuencias negativas, que no te van a gustar y tendrás que padecer. No estoy hablando del karma, no me refiero a eso. Hablo de los actos que hacemos ahora.

La lista de las acciones y su complejidad es enorme, incluso hasta cuando miras a alguien. Podrías mirar a tu esposa del modo equivocado (o tu esposa a ti) y en el momento equivocado. Eso no acabará bien. 

Así que tú eres responsable de tus acciones. Eres responsable de que tus acciones te reporten  beneficios buenos, buenas consecuencias, al igual que malas consecuencias. Y se trata de que lleves a cabo, lo más posible, esas acciones que tendrán buenas consecuencias para ti. No a expensas de los demás, pero que te traigan buenas consecuencias, satisfacción, alegría, comprensión.

Veo a muchas personas, a algunas no las conozco personalmente, pero las veo en televisión dando una entrevista, una charla. Luego leo acerca de ellos y veo que son tal o cual persona, alguien muy importante que está en la cima.

Pero lo sorprendente es que algunas de estas personas no son muy felices. De hecho, hay una persona a quien se ve mucho en televisión y es muy influyente porque se la asocia a un país muy poderoso. Pero él no está contento. Siempre que aparece no se ve nada feliz, aunque en la escala social está en la cima de la cima de la cima.

Entonces esto contradice la fórmula que algunos plantean: “Si tienes esto y aquello y lo de más allá, automáticamente te conviertes en una persona feliz, contenta y exitosa".

No, el éxito es algo que se siente. Nadie puede decirte que has triunfado si tú no lo sientes. Nadie puede decirte que eres feliz si tú no te sientes feliz. "Ah, no, no, tú eres feliz, sí lo eres".

Así que estas cosas son subjetivas, eres tú quien las determina. No son objetivas.

El problema viene cuando la sociedad toma algo  muy subjetivo y trata de convertirlo en algo muy objetivo. Esto no termina nada, pero nada bien.

Y empieza todo el asunto donde nos dicen que tenemos que aprender tal fórmula y tal otra: “Esto funciona así y esto funciona asá. Si quieres tener éxito tienes que hacer esto, esto, esto y esto. Entonces tendrás éxito”.

Bueno, en los Estados Unidos hay que pedir un préstamo para ir a la universidad, para tener ciertos estudios y así poder ganar dinero. O sea que todavía no has empezando y ya debes dinero.  

Por el resto de su vida seguirán y seguirán debiendo dinero. Toda la economía está basada en que uno esté endeudado y no puedas parar de trabajar como un esclavo para devolver lo que debes. El asunto es que nunca dejarás de pagar porque es un interés compuesto, es decir más y más acumulativo. Esto es lo que sucede.

Estás tratando de transformar algo muy subjetivo en algo muy objetivo: "Haz esto, esto, esto, esto y esto".

La gente viene a mí buscando paz en sus vidas. Quieren armonía, quieren satisfacción, claridad, esperanza y todo eso. Pero piensan que es algo objetivo y funciona apretando un botón. Lo aprietas y ya está. No. Es algo subjetivo, depende totalmente de lo que sientas.

Si no sientes esa alegría en tu vida entonces no la tienes. Es así de simple. Tienes que sentirla, tú tienes que comprenderla. Eso es la paz. La paz es algo para sentir, no algo para ponerte a  pensar: “¿Tengo paz ahora? Tengo esto y tengo aquello. ¿Así que tendré paz ahora?”

Los dichos de Kabir hablan siempre de esto, de que alguien te dice "esto es así" y entonces tú dices “sí, así es, así es”. Pero no es así. A menos que tengas esa comprensión verdadera en tu vida no va a servir de nada. Intentarás, pero no te servirá de nada.

Por eso siempre hablo de estas tres cosas. Conócete a ti mismo, vive tu vida conscientemente. Porque esa es la única barrera que tienes, la conciencia que separa tus acciones de las consecuencias que no deseas.

Para mitigar esas consecuencias de tus acciones el único modo que tienes es comenzar a practicar el ser consciente y saber lo que está ocurriendo. ¿Qué es lo que estás a punto de hacer? ¿Qué es lo que estás a punto decir? Piénsalo un poco.

¿Cuál será la consecuencia de decirle a tu hijo: “¡Has llegado tarde!”. Bien, eso también te pasó a ti y por eso lo haces. Lo repites porque también te lo dijeron a ti: "Llegaste tarde, llegaste tarde y llegaste tarde."

En cierto momento deberías parar y preguntarte ¿quién manda aquí ahora? Tus padres quizás ya no vivan, quizás ya no estén el planeta Tierra pero ciertamente te han dejado un legado que tú perpetúas. Y la gente piensa que eso está perfectamente bien, porque no hay nada de malo en eso.

Piénsalo bien. ¿Es eso lo que tú quieres hacer? ¿Es lo que tú quieres hacer? ¿Qué quieres hacer? Y es verdad, quizás hayas actuado de cierta manera y estés sufriendo las consecuencias malas de esas acciones.

¿Pero qué quieres hacer ahora? ¿Quieres cambiar o prefieres seguir repitiendo eso? ¿Y repitiendo la tristeza de esas consecuencias negativas? Así que depende de ti. Depende de ti, y siempre dependerá de ti. Es algo subjetivo sobre lo que tú sientes y entiendes en tu vida.

Entonces, continúa cuidándote. Sintiéndote bien y sobre todo, sé.

En Confinamiento, Día 33 00:20:17 En Confinamiento, Día 33 Video Duration : 00:20:17 con Prem Rawat

Confinamiento - Día 33

Hola a todos. Espero que se encuentren bien. Sé que va pasando el tiempo. Y es como que vamos arrastrando los pies, y lentamente, tratando de llegar a alguna parte. Hay tanta indecisión de los líderes. Los supuestos líderes, muy confundidos. Pero luego todo tiene que volver a lo que es importante. Lo que es importante para ti en relación con tu vida, con tu existencia.

Han pasado cosas y la gente ha dicho: “Esto es malísimo, tenemos que volver a trabajar, tenemos que hacer esto y aquello.” Hay diferentes pensamientos: “Si no hay economía qué va pasar, y la gente que no va a tener comida, y que va a pasar hambre: y, ¿cómo va a ser eso?” Podemos hablar de todas estas cosas el día entero. Mucha especulación. Y claro que no necesitamos pasar hambre en este mundo. Hay una gran abundancia de comida. Tiene que ser administrada. No puede haber acaparadores compulsivos diciendo: “me lo llevo, me lo llevo, lo quiero”. Y eso lo hemos visto con el papel higiénico. Las personas acaparando el papel higiénico. Rollos de papel higiénico ¿Por qué querría uno acaparar rollos de papel higiénico? No lo sé. Hace poco di una entrevista por podcast. Y en la India los indios le ganan a todos en este asunto, porque muchos de ellos no usan el papel higiénico, no lo necesitan.

Así que ¿cuál es la realidad a esta altura donde hay tanto ruido sucediendo por todas partes? Bueno, la realidad aún se encuentra en tu interior y sigue siendo igual de hermosa. No importa cómo se plantee la situación actual, no importa cuál sea la situación actual. Existe una realidad que es muy sencilla y hermosa. Y esa realidad es que tú existes. Hubo un momento en que no existías. No estabas en este mundo. Ahora existes y llegará un momento en el que no estarás. Y la realidad dice: “Pero ahora, existes” ¿Sabes quién eres? ¿Sabes por qué estás aquí? ¿Sabes lo que está ocurriendo contigo? Por qué no importa lo que suceda fuera, en el mundo, si puedes mantener el foco, si puede ser. Me acuerdo de algo que sucedió hace unos cuántos años, desgraciadamente.

Había un caballero extraordinario que daba cursos de supervivencia. De hecho, impartió el curso de supervivencia para la primera tripulación que fue a la luna. Y su perspectiva era que, en lo posible, tú, como ser humano, tienes que intentar mantener la calma. Y a partir de ahí, si consigues estar centrado, puedes mirar a tu alrededor y tratar de entender qué hay a tu alrededor. Uno de los ejemplos que él usaba mucho era el de una chica que iba en un avión junto con muchas otras personas, y el avión se estrelló. Y ella fue la única que logró salir del bosque. Todos los demás lo intentaron o lo que sea, y muchos perecieron durante el accidente; pero ella, de alguna manera, sobrevivió.

Ese debe ser nuestro punto de referencia. Ese debe ser el foco en nuestra vida: comprender y utilizar esos elementos que forman nuestra esencia y verdaderamente nos caracterizan. Sí, puede que sean momentos difíciles debido a este coronavirus. Eso sucede por la manera en que nosotros montamos las cosas. No fue algo montado por la naturaleza sino por nosotros. Queremos que las cosas sean de cierta manera y no vamos a cambiar.

¿Es esta una de esas cosas donde vamos a volver a ser los mismos de antes? O sea, ¿a seguir contaminando todo y hacerlo todo al revés? Y la respuesta es que, desgraciadamente, sí. Porque no queremos ser diferentes. Queremos seguir con nuestra vieja rutina de siempre. Cuando aparecieron los automóviles, mucha gente no podía entender su propósito. Les parecían cosas extrañísimas y predecían que no iban a durar mucho, que eran malísimos, que hacían unos ruidos horrendos y eran incómodos; que los caballos eran mucho mejores, etc. etc. Así que siempre ha habido este debate entre las personas: “Todo va a ser horrible, vamos a morirnos todos, y todo va a ser terrible.”   

Y luego, están las personas que pueden mirarlo de una manera realista, y es una de las cosas a tu favor y con la que cuentas. Es la inventiva humana para perseverar en los malos tiempos. Hemos pasado por la Primera Guerra Mundial, donde millones de personas murieron. En la Segunda Guerra Mundial aún más personas murieron. Luego, con la gripe española de 1918, muchas personas murieron. Y hay tantas similitudes entre esa historia y lo que estás sucediendo ahora con el coronavirus.

Pero, ¿y tú como ser humano? ¿Y tu comprensión? ¿Qué es lo que estás aportando? En primer lugar, ¿qué te estás aportando a ti mismo? ¿Qué le estás ofreciendo a tu ser, a tu existencia?

En medio de todo esto, cuando finalmente llegué de Recife a Florida… En Florida el tiempo estaba agradable y cálido, pero cuando llegué a Los Ángeles estaba frío. Y ha estado haciendo frío cada día. Algunos días han sido lluviosos. Pero aun cuando ha brillado el sol está ventoso y hace mucho frío. Últimamente está empezando a hacer calor y las temperaturas están subiendo hacia los 74º, 75º, 80°F etc., y la primavera ha llegado.

Y están todos estos pajaritos haciendo sus nidos, cantando. Y todas estas flores y plantas. Está todo tan verde. Y aquí especialmente, en esta parte del país, donde no hace mucho tiempo hubo un terrible incendio y de alguna maner la naturaleza está resurgiendo, intentando borrar todas las pruebas de ese incendio, de que haya habido un incendio. Y lo está logrando. Después del incendio, cuando lo vi, el aspecto era bastante desolador. Y ahora hay tanto verdor, tanta vegetación floreciendo. Así que miro alrededor y veo estos pájaros. No han recibido mucha educación. Su educación consiste en lo que mamá y papá les enseñaron y la poca experiencia que tengan en su vida. Pero siguen adelante. No quedan atrapados en estos tontos debates, ni en estas maneras extrañísimas de mirar las cosas.

Debería haber debates. Claro que sí, pero deberían ser debates válidos, por razones válidas, sobre cosas válidas. No sobre el temor de alguien. No deberían estar influenciados por la manera oscura de ver las cosas de nadie, sino de una manera realista. Lo realista es bueno. Y cuando no sabes, no sabes. Quizás haces algo lo mejor que puedes y resulta no ser una decisión muy aceptada popularmente.

El coronavirus no es un virus de gran popularidad, hay que decirlo. Y lo que está causando tampoco. Así que no es una sorpresa que las decisiones que se deben tomar para frenarlo tampoco sean populares. Pero tenemos que actuar colectivamente, todas las personas en el mundo, porque por primera vez estamos todos juntos en algo. Seamos ricos o pobres. Este coronavirus no se fija en eso. Seamos cultos o incultos, no se fija en eso. Ya seamos importantes o débiles, no se fija en eso. Y ahora somos uno. Estamos juntos en esto. Pero lo único que queremos hacer es dividir, dividir y dividir. Y hemos estado dividiendo. Hemos tomado tierra que no tenía límites y hemos dibujado límites arbitrarios. Hemos dicho: “Esto es mío y esto es tuyo” y “tú estás ahí y tú eres esto y tú eres aquello”. 

Cuando uno vuela no hay fronteras. Es lo que es. Vuelas de un área a la otra. Los pájaros lo hacen todo el tiempo. Ellos no pasan por retenes: “Aquí está mi pasaporte ¿Puedo entrar? Voy a quedarme tres o cuatro meses”. No. Así que en algún momento tenemos que fijarnos en qué estamos haciendo: contaminando el planeta, maltratando al planeta, agotando los recursos naturales y no dejando nada para la próxima generación. Porque de lo que se trata únicamente es de acaparar compulsivamente. Solo se trata de “mío, mío, mío”. Y nadie se está fijando en las consecuencias de esto.

Y tú como ser humano tienes algo maravilloso para ofrecer. No solo para ti mismo, sino para toda la humanidad. Y esas cosas son la bondad, tu generosidad. Estas cosas: tu claridad, tu esperanza. Y no solo para ti mismo, sino para toda la humanidad. Puedes dar eso, puede ser eso. Esto es un regalo, un don, y solo cuando tienes suficiente puedes compartirlo. Cuando tienes bondad en tu corazón puedes compartirla con otros. Y cuando lo haces, eso no disminuye tu bondad. La multiplica, más y más. Esperanza, no solo para ti mismo sino para todos aquellos que te rodean. Comprensión. Comprender y empatizar con el mundo que te rodea. Así puedes ser parte de este mundo, puedes ser parte de esto. Puedes contribuir con algo al mundo. No solo llevarte, llevarte, llevarte –porque eso es lo que hacen las personas: se llevan y llevan más y más–. Sino dar. Dar porque tienes suficiente, porque te reboza.

Entonces, este puede ser un lugar maravilloso. Habremos creado un cielo. Cada uno de nosotros. No solo para nosotros mismos sino para toda la humanidad, independientemente de sus creencias, de lo que piensen, de cómo piensen. Crear un pequeño cielo para todos nosotros mientras que estemos en esta hermosa tierra, Que hayamos creado un cielo no solo para nosotros sino para todas las criaturas, para todo, todo lo que existe aquí. Yo no sé, pero quizá sea hora de pensar así. Y la razón es porque es como un gran reinicio. Como volver a cero.

¿Y cómo vamos a hacer cuando volvamos a lo normal, cuando la situación se normalice? Este es el momento de reflexionar sobre esas cosas. No porque hayamos pasado por ello significa que estaba bien todo. No. Es el momento ideal para volver a poner la casa en orden. Es el momento ideal de volver a casa y decir: “Ya sabemos cómo hacerlo todo mal. A ver si podemos hacerlo bien ahora.” Yo sé que eso es mucho pedir. Sé que es pedir demasiado de este mundo. Sé que hay personas que estarán de acuerdo conmigo. Y otras no. Dirán: “No, no. Va a ser así, va a ser asá.”

Pero después de todo, y he dado este ejemplo muchas veces, cuando llegó el desafío –y fue en este país, Estados Unidos–, cuando iban a ir a la luna –querían ir a la luna–, muchas personas dijeron: “No se puede lograr. Es imposible.” ¿Acaso esas misiones a la luna tuvieron éxito en llegar a la luna debido a las personas que dijeron que era imposible?, o por los pocos que dijeron: “Sí, se puede lograr.” Si hay algo que nos ha enseñado la historia es que este mundo pertenece a aquellos que tienen la valentía, la comprensión de avanzar de una manera hermosa, de una manera que te llene el corazón. Y sin aprovecharse de nadie, sino que por fin cada persona pueda sentirse a sí misma. Sentir de qué trata esta vida, sentir el agradecimiento. Conocerte a ti mismo. Vivir esta vida conscientemente y tener un corazón lleno de agradecimiento. Seguir adelante con esas poderosas herramientas de la comprensión.

Y ver qué pasa. Aunque sea por curiosidad. Quizás la gente prefiera ver este mundo totalmente enfermo y destruido, como sea. Pero podríamos probar y ver lo hermoso que podría ser que nos respetemos unos a otros, porque sabemos respetarnos a nosotros mismos. Y no se trata de mí, yo. Porque compartimos este planeta con todas esas criaturas y todas esas personas. Se trata, en realidad, de nosotros. Pero solamente un yo fuerte puede respetar el “nosotros”. Un “yo” débil no puede entender el concepto de nosotros. Y cuando no lo hacemos, eso nos revela nuestra debilidad.

Espero que te mantengas bien y saludable y sé. Vive disfrutando de esta vida que tienes. Estamos trabajando en muchas cosas y en ciertos momentos vamos a tener que reagruparnos. Cuando llegué, a través de Florida, empecé a hacer mis primeras emisiones usando el iPhone. Yo las cargo y se las envío a una persona que está en Florida que hace la edición. Y no hay nada montado. Pero ahora tendremos que preparar un montaje para el curso. Especialmente con el PEP, que creo que va a ser fascinante. Y si lo hacemos, tendremos que recibir muchos comentarios.

Desconozco cómo será el formato final. Pero supongo que será que asistes al curso un día, luego el segundo día te lo tomas para reflexionar y me envías tus reflexiones, tus pensamientos. Luego yo tomo algunas de esas reflexiones, no todas, algunas, las que creo que son importantes y las comparto con todos. Un día de curso, otro día para que lleguen las reflexiones, otro día para compartir las reflexiones. Luego, nuevamente, seguimos con el curso y otro día libre para recibir los materiales. Así que tendremos que montar de forma virtual todos esos lugares donde van a llegar las respuestas, las reflexiones, los comentarios, para que puedan ser procesados y que me los envíen virtualmente. Esto es algo que no hemos hecho en el pasado pero creo que supone un desafío que será divertido. Yo creo que el curso PEP es maravilloso. No veo la hora en que terminemos de organizar esto. Vamos a tardar algunos días para montarlo y ya veremos cuando llegue el momento.

Muchas gracias y hasta pronto.

En Confinamiento, Día 31 00:17:34 En Confinamiento, Día 31 Video Duration : 00:17:34 con Prem Rawat

Confinamiento - Día 31

Hola a todos. Espero que estén bien dentro de lo posible, en estas circunstancias, manteniéndose bien y seguros.

Hoy quiero hablar sobre una cosa que me ha venido a la mente. Hace mucho tiempo me encontré con esta frase, cita o como se le llame, que decía: pregúntatelo todo. Y me puse a pensar en que era una frase realmente interesante “pregúntatelo todo”. Y ¿estoy de acuerdo con eso? Sí que lo estoy, estoy de acuerdo en que deberíamos preguntar.

Pero al mismo tiempo necesitamos las respuestas. Porque no tendría sentido seguir preguntando sin recibir respuestas. ¿En qué campo, dentro de qué espectro, harías las preguntas? Esto es lo esencial para mí, hagamos preguntas acerca de todo, aunque en el caso de algunas preguntas reciba la respuesta. ¿Me importa? Puede que mires arriba, veas un avión volando, en realidad atravesando el cielo, y sería muy normal preguntarse a dónde se dirige ese avión.

El hecho de que aparezca alguien y me diga: “Ese avión va camino a Singapur” ¿Qué más da si va a Delhi, a Bombay...? ¿Te importa? Pero luego hay otras preguntas que obviamente necesitamos hacer y que necesitan respuesta. Preguntas tales como ¿Por qué estoy aquí? ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Soy un ser humano? Necesito esa respuesta una y otra vez en mi vida. Soy un ser humano.

¿Qué quiero? Tengo necesidades y mis necesidades son muy básicas, fundamentales. ¿Y qué pasa con el mundo? Tengo que preguntármelo todo acerca de este mundo. Y lo asombroso es que la mayoría de las veces no cuestionamos el mundo sino a nosotros mismos. No recibimos respuesta de este mundo, no lo cuestionamos, pero tampoco recibimos respuesta. Tenemos presunciones, creencias, esto es para esto y aquello es para aquello.

Pero de pronto hay una disparidad, un desequilibrio en cuanto al lugar desde donde se hacen las preguntas. ¿Se pueden hacer? Creo que es genial hacer preguntas. Haces esas preguntas para obtener respuestas, sobre todo cuando tienen que ver contigo, con tu existencia, con el hecho fundamental de que estás aquí, en esta Tierra.

Al nacer atravesé una pared, un muro. Existo en este mundo, existo en este tiempo. Y no entiendo cuán breve es ese tiempo, no comprendo mis posibilidades ni lo importante que son para mí. Sé que un día tendré que irme, pero no entiendo qué significa eso. ¿Irme?, ¿irme adónde? Porque eso ya está todo presupuesto: si has sido una buena persona te vas a ir al cielo. Todo depende de la religión que sigas.

El tema con la religión es que muchas veces nacemos en una, no la elegimos, nacemos en una religión y una vez que naces, ahí vas. Lo que podría parecerle raro a una persona sería algo completamente normal para ti. Cuando un cristiano ve a alguien siguiendo los ritos de la fe hinduista le parece muy raro, pero para un hindú eso es completamente normal; bien, completamente correcto. Y es así.

Si ellos ven a los cristianos siguiendo su religión piensan “esto es extraño, esto otro también”, pero para un cristiano que ha nacido en ello, que lo ha visto desde muy temprana edad, le parece todo normal. Y ahí vamos con nuestras creencias, ideas, con nuestros pensamientos... pero en realidad no preguntamos. Y no hablo de hacer preguntas sobre la religión o esas cosas, hablo de preguntarse cosas como: ¿quién soy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿cuáles son mis necesidades?, ¿qué cosas comprendo, qué quiero en mi vida, qué es importante para mi hoy?, ¿cuál es el valor del hoy para mí?, ¿cuál es el valor del mañana, del ayer?

Porque si el valor del mañana es mayor que el de hoy, entonces verdaderamente no entiendo qué significa el hoy, el ayer y el mañana. Si el valor del ayer es mayor que el del hoy para mí, en realidad no entiendo estas tres cosas: el hoy, el ayer y el mañana. No entiendo, no comprendo su valor. El hoy es lo más importante para mí porque puedo hacer algo, el hoy es donde mis acciones tienen lugar.

El ayer es un recuerdo, piensas en ello. El mañana son contemplaciones, pensamientos, ideas, pero ninguna acción puede tener lugar en el mañana ni en el ayer. Las acciones solo pueden ocurrir en el hoy.

¿Son las acciones que tomo el resultado de un proceso cuidadosamente pensado o son al azar? Algunos días son buenos, otros no, algunas horas son buenas, otras no, algunos minutos son buenos y otros no.

Porque si no tengo claro qué es lo que yo debería hacer… y uso la palabra claridad: eso es lo que requiere la claridad, entender perfectamente todos los aspectos de lo que algo significa.

Cuando volaba de Recife a Miami había una zona indicada en las cartas de vuelo con algunas tormentas. Cuando piloteas un avión ya tienes toda esta información. Tienes tu radar, pero lo más importante es que tienes tus ojos. Tienes un radar y lo estás mirando, la imagen del satélite en la pantalla, y te fijas en que esté actualizada.

Por supuesto tengo mi iPad y lo estoy mirando, me da una imagen más actualizada, pero también cuento con mis ojos. Si todo lo anterior indica que está el cielo despejado pero yo sigo mirando por la ventana y veo que me estoy dirigiendo hacía algo que sé que es una tormenta, se acabó, eso tiene prioridad. Hice un desvío y me desvié bastante, porque no quería meterme dentro de esas tormentas.

Tuvimos un vuelo muy suave, volvimos. Todo el asunto de la desviación no nos llevó más de 20 o 25 minutos y estábamos de nuevo en la ruta. A propósito, con alguna de las directivas que recibimos hasta pudimos ahorrar un poco de tiempo. Así que cuando vuelas te fijas en todos los aspectos, no solo te subes al avión, lo enciendes y te vas, no. Te fijas en dónde voy a estar cuando esto ocurra y dónde voy a estar cuando aquello ocurra, y si perdiera un motor, dónde voy a estar y a dónde iré.

Cuánto combustible me queda, lograré llegar, cuantas reservas tendré. Tienes que fijarte en toda la información. Así que se toma la información, se procesa y de ahí se deriva una imagen. Luego ideas un plan con el que estés de acuerdo. De acuerdo a la información enviada: sí, esto se puede hacer, la cantidad de combustible que necesitamos... Cuando hago el pedido de combustible siempre me fijo en la ruta, si hay muchas tormentas o desviaciones o lo que sea, o si hay que volar más bajo pido de más.

Siempre es bueno tener un poco de combustible adicional. Claro que la regla de oro en aviación es que si la pista está detrás tuyo, el combustible en el camión cisterna, y la altitud es muy poca, hay cosas que no te sirven para nada en una emergencia. Necesitas la mayor altitud posible, necesitas ese combustible que dejaste en el camión y que ahora sería preferible tener en las alas.

Y en cuanto a la pista, cuanto más tengas es mejor, para lo que sea que estés haciendo. ¿Acaso esto no se aplica en la vida? Debería aplicarse. Estos son principios sólidos, estar preparado para cualquier eventualidad, para cualquier posibilidad. Pero al mismo tiempo no lo hacemos. Ahí nos vamos, adelante, despegamos incluso antes de que el cohete se separe de su base. Adelante, la idea ya está formada.

Me levanto por la mañana y ahí voy, estás en marcha, esperando el autobús, frente a la casa. Estás atrapado en la tormenta. Y no sabes qué hacer. ¿Por qué te digo todo esto? Este es un momento excelente, un momento muy bueno para empezar a hacer preguntas acerca de estas cosas. Principalmente obtén la respuesta a esas preguntas importantes que tienes que hacerte a ti mismo.

No solo te fíes de lo que digan los demás. Si las personas se hicieran estas preguntas y obtuvieran una respuesta satisfactoria, no una que diga: “Los caminos de Dios son misteriosos... y lo acepto” ¿Qué está pasando aquí? Aquí estoy, esta es mi vida y es a mí a quien se han dado opciones. De actuar o no. Yo soy ese guerrero que estuvo en esa gran guerra en India, Mahabarata, e hizo una elección.

Krishna dijo: “Tienes que fijarte en todo. Entonces y solo entonces puedes tomar esa decisión”. Y cuando Arjuna finalmente ve el panorama completo recién está listo para luchar. Debo admitir que hubo un punto en mi vida en que yo estaba completamente de acuerdo con la elección de Arjuna. “Yo no voy a luchar, conozco a todas estas personas.” Me pareció muy buena idea.

No luches, pero fíjate en el panorama completo. Las razones de... estas personas han asumido la responsabilidad de ir en contra de lo que es correcto, de lo que está bien. Y eso fue el Mahabarata y eso es del ayer. Mañana será lo que será, pero el hoy es la plataforma que tienes para actuar, para tus acciones. Es en el hoy donde tus acciones tendrán lugar.

Y como es en el hoy, es en el ahora donde tendrán lugar tus acciones, esa es la importancia del ahora. Dos minutos antes solo los pensamientos podían llegar, solo podías llegar con el pensamiento. Pero para las acciones estás limitado a la posición del ahora, así que si estás limitado al ahora, ¿no deberían todos tus pensamientos estar centrados, o en parte, en entender de qué se trata el ahora?

Porque es ahí donde vas a actuar. Las consecuencias de tus acciones se darán en el ahora, las tendrás que enfrentar en el futuro, eso se convertirá en tu pasado. Y cuanto más ocurra este proceso más confuso se volverá el hoy. El presente. Así que haz preguntas acerca de todo, por supuesto. Habrá preguntas sin respuesta, pero estas no importan, son demasiado triviales.

Pero están esas preguntas importantes que debes hacerte a ti mismo, y esas respuestas debes recibirlas. No tienes opción, debes recibirlas. Y deben ser claras, concisas y correctas. En tu corazón tienes que sentir que son las correctas, es tu corazón quien debe recibir las respuestas. Porque dentro de ti hay un océano, un océano de respuestas.

Y eso es lo que digo, que dentro de ti hay un océano de respuestas. Y la respuesta que sientas en tu corazón que es la correcta va a provenir de ese océano que reside en tu interior. Espero que las cosas sigan mejorando para ti, vive día a día, no te fijes en lo que va a ocurrir más adelante en el camino, qué va pasar más arriba. Sea cual sea ese camino vive día a día, siéntete bien, mantente bien y seguro.

Comprende la importancia del ahora. Eso no ha cambiado, con o sin coronavirus, en confinamiento o no, eso no significa nada en comparación al día en que naciste y al día en que te vas a ir. En relación a eso esto no significa nada. Esto es aún válido: cada momento en que el aliento entra en ti hay una celebración para ti. Es algo que tienes que empezar a celebrar todos los días.

Mantente bien, mantente seguro y principalmente sé. Gracias y hasta luego.

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