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Confinamiento, día 99 00:12:52 Confinamiento, día 99 Video Duration : 00:12:52 con Prem Rawat

CONFINAMIENTO – DÍA 99

CUENTA REGRESIVA AL PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ

 

La posibilidad

Un esfuerzo de cincuenta años por la paz

 

Si alguien te entregara una varita mágica y te dijera: “Esta es la posibilidad. Te doy esta varita mágica que puede hacer que te sientas satisfecho.” ¿Qué significaría eso para ti? ¿Qué significaría? “Que te doy un regalo, y cual si fuera la lámpara de Aladino, con este regalo no tienes que sufrir nunca más.” ¿Qué significaría para ti?

Eso es exactamente lo que ha ocurrido. ¡Eso es la vida! La vida no es esta cosa gris en la que la has convertido, no lo es. En realidad, la vida es recibir el regalo más valioso una y otra y otra vez. Y nunca, jamás tener que decir: “ya es suficiente”.

Nos pasamos toda la vida enamorados de nuestros sueños. Toda la vida enamorados de lo que otros nos han dicho. Pero nunca nos enamoramos del llamado de nuestro corazón que dice: “Siéntete pleno, experimenta la paz. Experimenta la dicha. Experimenta ese sentimiento que está dentro de ti. No en tu cabeza sino en ti, que está siempre ahí, en las buenas y en las malas. Siempre está en ti sin importar cuáles sean tus circunstancias”.

Siente esa experiencia de estar vivo porque esa es tu realidad. Es lo que te hacer ser tú. Es quien eres, esto que se llama “vida” lo mantiene todo junto. Tan pronto se va, todo se desmorona y ya nada más existe.

Si me presentas el concepto de cielo, la idea de cielo, yo necesito sentir ese cielo antes de creer que existe algo llamado cielo. Pero nosotros no hacemos eso. “Oh, sí, por cierto, existe el cielo y si te portas bien irás allí. Pero si te portas mal irás al infierno”.

Y ya hemos condicionado la situación del pobre Satanás. ¡Se ha quedado sin trabajo! Porque los seres humanos lo han superado.

¿Pero y qué hay del cielo? El cielo no es más que ese lugar en el que puedes sentirte satisfecho.

Hay muchas, muchísimas teorías, muchas filosofías. ¿Por qué? ¿Por qué tantas teorías? ¿Por qué tantas filosofías? Porque nunca dieron en el clavo. Entonces otra, otra y otra más. ¿Crees que alguna vez terminará? No.

Toda esa idea de que “alguien vendrá del cielo y lo arreglará todo”. ¿De verdad? ¿Cuánto tiempo has estado esperando que eso, sea lo que sea, venga? ¿Unos cuantos miles de años? ¿No te parece que ha superado el límite de paciencia razonable? ¿En serio? ¿De verdad?

Si vas al aeropuerto y preguntas en el mostrador de información: “¿Cuándo despegará el vuelo?” “En unos pocos miles de años”. Seguramente estarás muy complacido, ¿verdad? “Claro que puedo esperar. He estado esperando otras cosas todo ese tiempo así que no hay problema. Avísenme”.

¿Qué tiene de malo esta situación? El problema con esta situación es que la luz que estás buscando está dentro de ti y estás intentando iluminar cosas que nunca se encenderán. Pero la luz está en ti. La sabiduría está en ti. La claridad está en ti.

Por favor, comprende que estas son las cosas de las que estoy hablando. No estoy hablando de crearlas. Ni hablo de traerlas. No estoy diciendo que tú cambies. ¿Lo comprendes? No estoy diciendo que tú cambies porque no necesitas cambiar. Todo esto ya está dentro de ti.

No estoy diciendo que cambies tu religión, no tiene nada que ver con la religión. Entonces, ¿con qué tiene que ver? Contigo.

¿Sabes cuál es tu verdadera naturaleza? Tu naturaleza, tu verdadera naturaleza es vivir en paz. Esta es tu verdadera naturaleza. Es estar satisfecho. Es estar dichoso. Esa es tu verdadera naturaleza.

Y puedes hacer muchas travesías, pero en cuanto tienes la ocasión, es ahí donde quieres regresar.

Es aquí donde te sientes en casa, porque este es tu hogar. Es aquí donde te sientes completo, porque es completo. Y eso es lo que tiene que suceder. Tienes que dejar que tu verdadera naturaleza se manifieste. Esto es lo que anhelas, es lo que quieres.

Todos los esfuerzos que haces en este mundo, todos los cambios que haces son para que suceda esto. Pero la pregunta es: “¿Está sucediendo o no?”

Cuando Sócrates dice: “Conócete a ti mismo” no se equivoca, es muy claro. ¿Sabes quién eres? ¿Conoces tu verdadera naturaleza? ¿Sabes cuáles son tus necesidades? ¿Te conoces a ti mismo?

Eso significa estar despierto, estar consciente y decir: “Espera, espera, espera. Déjame descubrir esto, déjame sentirlo, déjame experimentarlo”.

Yo te digo: “La paz está dentro de ti”. ¿Estás de acuerdo conmigo? ¿Estás de acuerdo porque yo lo digo o porque lo has sentido? No está muy claro, ¿no? Ese es el punto: “solo porque yo lo digo”… El hecho de que yo lo diga no lo hace ser verdad. Si tú lo sientes, entonces sí es verdad. Esa es la realidad.

Porque la verdad auténtica es que tú estás vivo. Y cuando lo comprendas, con total seguridad te liberarás. Porque es la verdad. Este aliento que llega a ti es el regalo más valioso. El día en que lo comprendas, por supuesto que te liberarás. Te liberarás de todas esas cadenas extrañas con las que te atas.

Despertar no solo de un sueño, sino estar despierto cada día. Ver lo que es evidente. Ver, comprender lo que es real. Entender el significado del “ahora”.

Porque no hay muchas personas que estén contentas consigo mismas. Quieren ser otra cosa, quieren ser otra persona. Y eso es una gran tragedia. Porque tienes que ser feliz siendo quien eres, siendo quien tú eres.

La buena noticia es que existe el bien en todos nosotros. Hay un bien maravilloso en todos nosotros. Y por mucho que ocurra el mal, no reduce, agota ni resta lo bueno de todos nosotros.

Sé que muchos estarán diciendo: “¿Qué puede hacer un viejecito como yo? Nada. Eso, ¿qué puedo hacer yo?” No te fijes en “qué puedes hacer”. Simplemente vive en paz. ¿Considerarías eso como una de las cosas más poderosas que puedes hacer? Si tan solo pudiéramos ponerlo de moda no tomaría mucho tiempo, no llevaría tanto tiempo.

Confinamiento, día 95 00:14:58 Confinamiento, día 95 Video Duration : 00:14:58 con Prem Rawat

CONFINAMIENTO – DÍA 95

CUENTA REGRESIVA AL PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ

 

SEMILLAS DE PAZ

UNIVERSIDAD LAMBETH

LONDRES – REINO UNIDO

 

Es un honor estar aquí esta noche. Como ya han escuchado, estamos aquí para hablar de un tema que no es para nada agradable, y cuya raíz es toda la violencia que existe. Pero permítanme dedicar algunos minutos a hablar acerca del ser humano.

Un ser humano es alguien que lleva en su corazón un océano de bondad. Un ser humano es alguien que tiene en su interior una tremenda fortaleza. Un ser humano es alguien que posee dentro de sí una cantidad inmensa de sabiduría.

Sé que algunos aquí se preguntarán: “¿De qué estás hablando? ¿De qué extraterrestre estás hablando?” No, no estoy hablando de extraterrestres. Hablo de seres humanos. Eso es lo que somos.

La pregunta es: si tenemos esta inmensa sabiduría en nosotros, si tenemos esta enorme bondad en nosotros, si tenemos esta tremenda cantidad de alegría en nosotros, ¿por qué no la estamos manifestando, por qué no la estamos compartiendo, por qué estamos hablando hoy aquí de estos crímenes atroces que están sucediendo?

Mentiras y engaños. ¿De quién aprende un niño a decir mentiras? ¿Lo aprende en la escuela? No, lo aprende de sus propios padres. El niño está sentado en el auto, su madre va a mucha velocidad, el policía la hace salir del camino y le dice: “Ibas con exceso de velocidad”. “No, no es así”, (y esto después de que el niño ya le había advertido a su madre “mamá, vas muy rápido”.) ¿Cuál es la solución? Shhhhh. ¿Qué pasó?

Estamos dispuestos a tirar el cincuenta por ciento de buena comida, pero no a compartir nada. ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Están los que dicen: “El mundo pasa hambre”. Y aquí estamos los países del primer mundo, simplemente tirando la comida y diciendo: “Ah, sí, ese es un gran problema”. Ese no es el problema, nosotros somos el problema.

Pero cuando decimos que nosotros somos el problema, considéralo una buena noticia. Por cierto, somos el problema, eso es una buena noticia. ¿Sabes por qué es una buena noticia? Porque si el problema somos nosotros, podemos cambiarlo. Pero si viniera de Marte, ahí tendríamos un problema. O si viniera de Venus, sería otro problema.

Pero el problema se origina aquí mismo, en esta Tierra, y es creado por nosotros. Así que si queremos cambiarlo podemos hacerlo. Eso es una muy buena noticia. ¿Y qué hará falta? Requerirá un esfuerzo colectivo, que nadie sea excluido. Que nadie quede excluido.

No estoy aquí para señalar a nadie. Yo sigo sosteniendo como verdad que hay un océano de bondad en cada uno de nosotros. Sigo sosteniendo como verdad que existe un océano de sabiduría en cada uno de nosotros. Y todo está esperando que lo manifestemos.

Cuando veo en el mundo tanta desesperación… ¿Qué es la desesperación? Lo contrario a la esperanza. Cuando no hay esperanza hay desesperación. Desesperación. Y esta desesperación todos la vemos. ¿Pero qué hay del otro lado de la moneda? Si de un lado está la desesperación, del otro lado está la esperanza. Si de un lado está la ira, del otro lado está el perdón.

Tan solo tenemos que entender que cuando hay oscuridad, la luz nunca está muy lejos. Y lo puedo probar. ¿Cuánto tiempo lleva, después de apagar la luz, que la oscuridad tome el control? En una habitación totalmente oscura, apagas la luz. ¿Cuánto tiempo toma? Es instantáneo. Estaba ahí esperando. La luz se va, entra la oscuridad. La luz viene, la oscuridad se va. Es así de sencillo.

Vivimos en el lugar más dinámico, más sorprendente que existe. Y sin embargo no nos damos cuenta, sino que estamos ocupados inventando formas de lastimarnos unos a otros, inventando todas estas guerras.

Créeme: la misma mente que puede crear estas guerras es capaz de buscar la paz. La misma persona que puede tomar un cuchillo y hundirlo en otro ser humano es capaz no sólo de detenerlo, sino también de brindar amabilidad y atención, de prevenirlo. ¿Qué queremos? ¿Qué queremos? Esa es la pregunta: ¿Qué queremos?

¿Queremos todas estas guerras? Y sé que hay personas ahora mismo que dicen: “Bueno, ¿qué puedo hacer yo? Yo no sé…. Yo no sé… El tiempo de “yo no…” y de “yo, yo” se terminó. El tiempo de “yo soy, y por qué” se acabó. Ha llegado el momento, por derecho, de reconocer lo que significa la posibilidad del ser humano.

Vivimos en este mundo. Estaba leyendo un libro que decía: “La economía de Grecia no está muy bien. Los sirios están en guerra. Jordania se está llenando de refugiados. Irán se está preparando para la gran guerra y Egipto tiene una gran inestabilidad.”

Y el libro seguía diciendo: “Estos datos no son de 2012, 13, 14, 15, 16, o 17 o 2018. Estas noticias son de 1177 antes de Cristo” Yo dije… ¿Qué? ¿Esto ha sucedido antes? La respuesta es sí. Ha sucedido antes. ¿Y ocurrirá nuevamente? Sí, volverá a ocurrir. ¿Y sucederá otra vez más? Sí, sucederá otra vez más a menos que nosotros intervengamos.

La paz no es el problema. ¿Por qué la paz es posible? ¿Cómo me atrevo a decir que la paz es posible? ¿Cómo me atrevo a decirlo? ¿No debería reconocer la condición del mundo y decir: “Este mundo es patético y nosotros somos belicistas”. ¡No! Sí somos belicistas, pero al mismo tiempo llevamos en nosotros un océano de paz.

La paz no hay que crearla amigos míos. La paz no hay que traerla de Marte, la paz no hay que generarla. La paz ya está dentro de nosotros. Hay que descubrirla. Hemos descubierto cómo hacer las guerras, ahora es tiempo de descubrir cómo hacer la paz. Esto es lo que tiene que suceder.

 

No lo hagas para darte palmaditas en la espalda, porque no podrás. Hazlo porque tu corazón te aplaudirá. No para tu mente, sino porque tu corazón te aplaudirá, una y otra y otra vez. Haz que la situación cambie, porque tú puedes. Provoca un cambio en tu entorno más cercano.

Una madre dice: “¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?” Ama a tu hijo. Así habrás marcado la diferencia. Ama a tu hijo. Dale a ese niño tu atención. Háblale, compromételo. Cuando no le das responsabilidades a tu hijo lo que básicamente estás diciendo es que ese niño es un tonto. Hazlo participar, háblale. Habla con tu hijo.

Vivimos en una sociedad que es muy vulnerable. ¿Por qué? Yo no quiero sentarme aquí y señalar el problema, pero el entretenimiento hoy en día es tomar una pistola virtual y disparar a tantas personas como sea posible, a eso se le llama “juego”. Siempre digo que no debería ser así. Haz un juego en el que puedas expresar tu bondad, en el que puedas manifestar tu alegría, un juego que no sea aburrido.

Porque todos piensan que el tema de la paz es aburrido, que el tema de la bondad es aburrido, que el tema de la sabiduría es aburrido. Y te diré lo que sucederá en este mundo cuando la gente ya se haya rendido ante ese hecho: sucederá lo que está sucediendo ahora. Habrá personas sacrificadas, personas que serán masacradas, personas que serán desplazadas, las civilizaciones estarán en peligro.

Estuve al año pasado en Colombia. Hay niños que fueron secuestrados de pequeños y llevados a la jungla, al bosque. Les dieron armas. No jugaban con juguetes, jugaban con armas. Toda su vida lo que hicieron fue matar, matar, matar y matar. Y cuando finalmente surgió la repatriación, no sabían cómo hacerlo, hasta que pasaron por el Programa de Educación para la Paz.

Forma parte de tu propia vida. Forma parte de tu propio mundo. Forma parte de tu propia familia. Forma parte de lo que realmente eres. Y lo más importante, conócete a ti mismo. Conoce quién eres. Eso es todo.

Confinamiento, día 94 00:16:52 Confinamiento, día 94 Video Duration : 00:16:52 con Prem Rawat

Confinamiento – Día 94

 

Cuenta regresiva al Programa de Educación para la Paz

 

Lo que nos hace humanos

Teatro Dolby – Los Ángeles – Estados Unidos

 

Lo que he venido a decir es que eres muy afortunado por estar vivo. Increíblemente afortunado, es algo sin igual. Que dentro de ti hay un increíble océano de paz, de alegría. Que dentro de ti está la agradable sombra fresca, el agua fresca. Y cuando se vuelve confuso, tienes que saber que donde quiera que vayas siempre llevas contigo esta increíble paz, esta increíble alegría. Siempre están contigo, siempre. Eso es lo que hace que seas tan afortunado, no los logros externos, porque vienen, van y llegará un momento que no valdrán para nada.

Hablo de los dos muros: uno por el que saliste al nacer. El otro muro es hacia el que avanzas, lo atravesarás y desaparecerás. Seguro que a nadie le gusta escuchar esto, porque tenemos una relación muy extraña con la vida. Por un lado no podemos vivir sin ella, la necesitamos, es una de esa cosas... en el fondo hasta la amas. Es uno de esos enamoramientos que no son tan evidentes. Pero al mismo tiempo que la amas quieres que las cosas sean de cierta manera, y ahí está tu lucha. Quieres que las cosas salgan de acuerdo a tu imaginación, a tus sueños, a tus ideas...

Quieres que esto sea de esta manera, que esto sea así, lo otro sea asá... que esta persona sea así, la otra asá. En realidad amas tu vida pero lo ignoras. Por el hecho de estar vivo tienes la capacidad de intentar o creer que podrías intentar cambiar a todos y a todo. Pero si pudieras hacerlo... es una idea ridícula pero este es tu plan: “Yo no voy a cambiar, no quiero cambiar pero quiero que cambien los demás. Quiero que cambie todo lo demás”. Ese es tu plan. Y lo asombroso es que no tienes idea de lo común que es. Todos tienen exactamente el mismo.

Todos piensan: “Si la gente no fuera como es, si solamente me escucharan a mí todo el tiempo”. Porque siempre tienes razón, incluso cuando estás totalmente equivocado tienes razón. “Hay que cambiar el mundo”... y claro que lo cómico aquí es que todos están intentando lo mismo y nadie quiere cambiar.

Tú estás intentando cambiar a la persona de al lado, esa persona está tratando de cambiarte a ti y la persona del otro lado también está intentando cambiarte. Cambio, cambio, cambio y nadie quiere cambiar. ¿Por qué? Porque nadie entiende lo que es el cambio.

El universo es cambio. La vida se trata de entender. Aristóteles.

El regalo que he venido a darte esta tarde... tengo un regalo para ti y estoy a punto de dártelo. No se trata de un objeto pero es el más hermoso: todos pensamos de manera diferente. Ese es el regalo que doy a las personas. Porque hasta en tu forma de pensar, la paz no está en ti, alguien la va a traer. Error: la paz está en ti. El mundo no necesita cambiar, la gente no necesita cambiar, tú necesitas cambiar.

¿Y cómo vas a cambiar? Revirtiendo el cambio. Tú ya no eres quien realmente eres, ya no eres quien realmente eres. Lo único que tienes que hacer es convertirte en quien realmente eres. Se acabó el cambio. Ese es el cambio.

Eso es lo que dijo Sócrates: conócete a ti mismo. Porque si supieras quién eres estarías percibiendo todas estas cosas, estarías viendo ese hermoso estanque de la serenidad, de la claridad, sumergiéndote en él, diciendo: ¡genial! Porque está en ti, está en ti. Poder entender todo eso, poder pensar de una manera diferente, esto puede transformar la vida de lucha a disfrute.

Solo puedo darte lo que entiendo, lo que no entiendo no te lo daré. No estoy aquí para estimular tu imaginación, para decirte lo increíble que es el cielo. No, quiero decirte que si hay un cielo, está aquí.

Y quiero decirte: encuéntralo antes de que llegues a ese muro, encuéntralo, disfrútalo. Porque no sabes lo que se encuentra al otro lado del muro. Es la pura verdad. Podría hablar de otras cosas y seguro que me escucharían, tendría un público más numeroso que este. Pero eso no es lo que te voy a decir. Te voy a decir que si existe un infierno, no lo ha creado Satanás, lo hemos creado nosotros. Somos nosotros los que estamos creando un infierno y no estamos descubriendo que el cielo está aquí. Estás aquí, estás vivo.

Y creo que este es un buen momento de averiguar en tu vida cuántos de estos increíbles tesoros que posees has excavado. Cuantos has extraído. ¿Has excavado las minas de la claridad? Excavar como nunca antes. Disfrutar de las riquezas, del tesoro de la claridad. ¿Has encontrado tu divinidad en ti, tu compasión? ¿Has encontrado tu paz, tu alegría?¿Has encontrado tu amor, tu sabiduría? Porque eso es lo que te hace humano. No pelear. Los monos también se pelean, los peces también se pueden pelear, hoy los he visto peleándose. Las serpientes pelean.

Pelear no te hace humano, cometer errores no te hace humano. Lo que te hace humano (no sapìens), lo que te califica como humano son estos increíbles dones que se te han dado, que llevas incorporados en ti. La claridad, la sabiduría, la alegría, la paz...

¡Vaya, vaya! ¿Qué más puedes pedir? ¿Qué más se puede pedir? La claridad existe sin importar su procedencia, de donde venga... En ese ser llamado “humano” puede bailar. No importa de dónde provenga la paz en el universo, en el mundo: en este escenario llamado “ser humano” puede bailar, puede gritar, puede decir “sí”.

Lo que tiene de especial estar vivo es que tú eres el escenario donde la paz puede bailar, eso es todo. ¿Qué baila en ese escenario? ¿La confusión, la desilusión? Cuando comienzas a desilusionarte de ti mismo, escúchame, cuando empiezas a desilusionarte de ti mismo ya nadie te puede ayudar.

Eso ocurre porque esta cosa llamada imaginación llegó y te pintó un cuadro disparatado. Y te lo compraste sin meditar, sin limpiar. Te lo compraste de cabo a rabo. Hasta la última coma. Y en la primera hora ya te diste cuenta de que no era lo que pensabas. Entonces aparece la desilusión y es un desengaño muy extraño, porque sabes que estás desilusionado pero no sabes cómo decírtelo a ti mismo.

Cuando esa desilusión es con otros sí sabes cómo decírselo a ellos, pero cuando es contigo mismo no sabes cómo decírtelo. Y es entonces cuando empiezas a luchar contigo mismo. Ese es el día en que necesitas escuchar lo que yo digo: conócete a ti mismo.

No pelees contra ti, conócete. No eres el instrumento para lograr tus deseos, no eres la lámpara de Aladino, ni siquiera te llamas Aladino. No es tu tarea vivir haciéndote ilusiones acerca de cómo debería ser tu vida y después tratar de hacerlo realidad. La vida no trata de esto. Se trata del cielo, de este cielo que está en ti.

La paz es una buena noticia. Cuando hacemos las cosas con miedo nada funciona. Deja el miedo a un lado y suceden cosas maravillosas. Esto es lo único que tienes que hacer en tu vida: celebrar la paz, celebrar la vida. Porque, como dije al principio, eres muy afortunado.

En Confinamiento, Día 45 00:21:09 En Confinamiento, Día 45 Video Duration : 00:21:09 con Prem Rawat

Confinamiento – Día 45

Cuenta regresiva al Programa de Educación para la Paz

 

SRI LANKA

MANOHARAN RAMANATHAN

Facilitador del PEP en Sri Lanka

 

Manoharan Ramathan:

El gobierno de Sri Lanka nos ha ofrecido llevar a cabo este curso de Educación para la Paz para los ex-combatientes. Están interesados en que se haga la parte de reconciliación a nivel nacional y cuentan con el apoyo de las Naciones Unidas.

 

SELVANAYAKI SEBASTIAMPILLAL

Ex-Combatiente – Sri Lanka

Selvanayaki Sebastiampillal: [mujer, traducido]

Esto es muy esencial para nuestras vidas. Me he dado cuenta de que no es necesario buscar la paz aquí y allá. Que la paz ya está en mi interior y que existe una manera de poder sentir esa paz.

Manoharan Ramathan:

También estábamos teniendo estos eventos en la Universidad de Jaffna. En un principio los estudiantes de la Universidad de Jaffna estaban escépticos acerca del evento. Pensaban que la paz era un tema aburrido. Pero una vez que hicieron el curso completo empezaron a hablar a otros estudiantes acerca de este curso sobre la paz. En la segunda tanda, 285 estudiantes completaron las 10 clases del Programa de Educación para la Paz.

 
SAPNA BANUN

Estudiante de la Universidad de Jaffna

Sapna Banun:

Debemos buscar las respuestas en nuestro interior y no afuera. Solo entonces podremos tener éxito. Si entendemos esto adecuadamente, podremos encontrar fácilmente la paz y la confianza en nosotras mismas.

 

Entrevista en NEWS First

COLOMBO, SRI LANKA

 

Entrevistadora:

Buenas tardes y bienvenidos. Nuestro invitado de hoy es un señor que se ha dirigido a 5 millones de personas en más 50 países. Estoy encantada de presentar al Señor Prem Rawat, el Embajador Global de Paz. Buenas tardes y bienvenido a Sri Lanka.

Prem Rawat:

Gracia por haberme invitado. Es un placer estar aquí.

Entrevistadora:


Sr. Rawat, para nuestros televidentes de Sri Lanka: ¿Podría hablarnos un poco sobre este título de “Embajador de Paz Global”? Ya que la paz es algo esencial, especialmente en el contexto mundial actual.

 

Prem Rawat:

Bueno. Muchas personas me llaman “Embajador de la Paz”, yo digo que todas las personas son Embajadores de la Paz. Porque en este mundo, en estas circunstancias actuales, la paz es sumamente importante. La paz siempre ha sido importante, pero la necesidad de paz está siendo cada vez más reconocida por las personas en todo el mundo.

Porque la gente no quiere estar desesperada. No quiere estar en situaciones donde están constantemente preocupados por lo que va a pasar mañana. Quieren sentirse plenos, quieren progresar, tener éxito. Y la paz es algo que está en su interior.

Por eso, en lo que a mí respecta, la paz no es una utopía sino algo muy práctico, algo muy real para cada ser humano sobre la faz de la tierra. Primero, tenemos que entender que la paz es posible, y segundo, que la paz está en nuestro interior, no tenemos que pulsar botones para crearla.

La paz no es la ausencia de guerra, pero sí que es la ausencia de guerra dentro de nosotros. La paz no es el fin del conflicto externo, sino el fin del conflicto interno. Porque mientras tengamos el conflicto en nuestro interior no va a importar, tarde o temprano ese conflicto se manifestará externamente.

Entonces, eso es lo que la paz significa para mí. Con respecto a ser un embajador, todo el mundo lo es. Porque todos llevan la paz en su interior.

 

Entrevistadora:

Por todo el mundo, especialmente en Occidente, estamos viendo como se está reavivando de nuevo la xenofobia, el racismo, el odio. ¿Cómo podemos asegurarnos de que la paz prevalezca por encima de toda esta negatividad y toxicidad?


Prem Rawat:

Si tienes un agujero en el bote y lo quieres tapar, ¿no es importante saber dónde se encuentra el agujero?

Entendamos de donde viene todo esto. ¿Viene del cielo? ¿Viene de un árbol? ¿Viene de una rana en particular, o de un cangrejo? ¿O proviene del interior de las personas por la falta de entendimiento de quiénes somos?

Somos todos seres humanos. Somos todos iguales.

En mi perspectiva, todos tenemos una cierta inclinación, la tontería de pensar: “Yo quiero sentir que soy importante. Y si puedo sentirme importante eso es bueno”.

Y se aplica hasta cuando estás estacionando tu automóvil. Si llegas un segundo antes que la otra persona y puedes estacionan tu automóvil, eso te hace sentir bien. Si estás en la cola esperando para comprar una entrada para el cine y de pronto te permiten que te adelantes hasta el principio de la cola, eso te hace sentir bien: “¡Qué bien! ¡Genial!”.

Cuando una persona se siente inferior va a querer sentirse superior. Y esta es la raíz del racismo: “Quiero sentirme mejor que estas personas. Quiero sentirme mejor que esta persona...” Este es el origen del acoso. El origen de las pandillas. Una pandilla quiere ser mejor que la otra. Pasa en todas partes. No tiene límite.

Pero el problema es que todos somos el número uno. Y la tragedia es que no lo sabemos. Somos todos el número uno. Hay algo muy especial en nosotros y no lo comprendemos.

 

Entrevistadora:

¿Cómo puede uno conectarse con este potencial? Porque por todo el mundo se ve racismo, acoso, negatividad. Hay tanta negatividad a nuestro alrededor. Y tan poca atención psicosocial, por ejemplo. Lo vemos en las escuelas, en las universidades, en el lugar de trabajo y hasta en los parlamentos. Por todo el mundo [PR: Sí]

En su opinión: ¿Cómo puede una persona aprovechar al máximo su potencial?


Prem Rawat:

Es muy sencillo. Tenemos que retroceder mucho tiempo atrás, a la época de Sócrates. Él dijo algo muy hermoso y simple, muy profundo: “Conócete a ti mismo.” Todo esto que está sucediendo, todo lo negativo que sucede es porque realmente no sabemos quiénes somos.

¿Qué significa ser un ser humano? No lo sabemos. Creemos que somos un robot. Tenemos que levantarnos por la mañana y hacer esto, esto, esto y esto. Y juzgamos nuestro día por el número de éxitos y juzgamos la carga que llevamos sobre nuestros hombros en referencia a lo que no hemos logrado. Y nos sentimos presionados: “Todavía me queda por hacer esto y aquello...” Nos vamos a dormir por la noche y, ¿con qué soñamos? Con las cosas horribles que aún nos quedan por hacer, todas nuestras responsabilidades. Eso no es ser un ser humano.

Un ser humano es alguien que lleva en su interior no la oscuridad, sino la luz. Que lleva en su interior, no la falta de compasión, sino la compasión. Que lleva en su interior alegría, claridad, no duda. Pero, de alguna manera, cuando no comprendemos quiénes somos esto es lo que ocurre.

Un fotógrafo en África hizo un experimento. Puso un espejo grande de acero inoxidable en la jungla. Y apareció este gorila, que al verse, no sabía que era él. Así que pensó que era su enemigo. Empezó a golpearse el pecho, a poner cara de malo y a gritarle: “Vete, vete, este es mi territorio...” No entendía que era él mismo. Los chimpancés hacían lo mismo, pero, tarde o temprano, el chimpancé entiende que se trata de él mismo.

Ese es el truco. Cuando no sabes quién eres, te conviertes en tu propio enemigo. Porque ese gorila se estaba convirtiendo en su propio enemigo. Se pensó que era el enemigo, pero era él mismo.

Nosotros nos convertimos en nuestro propio enemigo. No nos llevamos bien unos con otros. No entendemos quién es el otro. “Eres igual que yo, tú eres capaz de sufrir el dolor, yo también”. Pero lo más importante es que tú eres capaz de experimentar alegría y yo también. Y que la alegría no proviene de lo externo, sino de tu interior.

Estos son las comprensiones sutiles. Cuando empezamos a ver que no tenemos que apoyarnos en otros, que podemos depender de nosotros mismos, empezamos a entender lo que dijo Sócrates cuando dijo: “Conócete a ti mismo.” Tú eres el tesoro.

Tú quieres riqueza, quieres riqueza, pero, ¿dónde se encuentra tu riqueza? ¿Enterrada en una cueva o en tu interior?

Entrevistadora:

¿Cómo podemos asesorarnos sobre este tema? Porque las personas están muy ocupadas en su vida diaria. Lo vemos en todo el mundo: las personas no tienen tiempo para sí mismas, Sr. Rawat.


Prem Rawat:

Eso lo sé. Lo sé. Queremos té y apretamos un botón en la tetera. Queremos hacer algo, pulsamos un botón. Queremos darnos una ducha, giramos la perilla. Y esto es lo que piensa la gente: “Dime la manera rápida de pulsar un botón para sentir paz. No hay botón para la paz, porque ya se encuentra en tu interior.

La pregunta es ¿cómo buscas algo que ya tienes? No puedes usar tus manos, no puedes decir: “¿Dónde está? ¿Dónde está?” ¿Cómo buscas algo que ya tienes?

Tienes ojos y puedes ver. Puedes ver los ojos de las personas, su cara, sus ojos. Pero, ¿sabes que tus ojos no pueden ver tus propios ojos?; ¿qué tus ojos no pueden ver tu rostro? Puedes ver el rostro de los demás pero no el tuyo.

No podrás hasta que tengas un espejo delante. Para verte a ti mismo necesitas un espejo. Para ver a los demás no necesitas un espejo.

Así que, ¿cómo buscas algo que ya tienes? No se trata de una búsqueda. Prepárate para presenciar; hay una gran diferencia. Prepárate para presenciar quién eres. Cuando mires en el espejo, no te sorprendas con lo que vas a ver, porque eres tú. De la misma manera, estamos en la modalidad de: primero, “la paz no se encuentra en nuestro interior, la encontraremos en otra parte”. Así que eso es lo que hacemos: vamos a diferentes países, a los lugares sagrados, a tal templo y a tal otro... “ahí está la paz” Pero la paz se encuentra en nuestro interior.

Entonces, ¿puedes aceptar que la paz está en tu interior? No es tan fácil ¿Por qué no empezar con que “sí, la paz está en mi interior”. Entender eso es el primer paso.

“No necesito buscar. Ya está aquí”. Es el primer paso, el paso inicial para llegar a la paz.

 

Entrevistadora:

Vemos a tantas personas ricas, que han alcanzado el éxito. Sin embargo son muy infelices. Y este fenómeno no se limita a un lugar geográfico en particular. Tantas personas de éxito son muy infelices ¿Cuál es la causa de esto?

 

Prem Rawat:

Porque se les ha entregado una fórmula: “Gana mucho dinero y serás feliz”. Bueno, ganaron mucho dinero y aún no son felices. Pero nadie se está fijando en el historial. Nadie se pone a pensar jamás: “¿Qué está funcionando para mí y qué no?” Nadie lo hace: “¿Funciona esto?” No, las personas siguen adelante; siguen y siguen.

Ayer llegué al aeropuerto, luego iba conduciendo y vi a todo el mundo corriendo, tratando de alcanzar el autobús para ir a casa. Iban corriendo detrás del autobús. Y esto lo hacen los lunes, los martes y los miércoles.

Y conocen su rutina. Saben que esto es lo que tienen que hacer. “Esto es lo que está sucediendo”. Pero nadie dice: “¿en esto consiste mi vida?”

Y cuando te lo preguntas, la respuesta es muy simple: ocúpate de tus responsabilidades, pero no como que esto va a ser la fuente de tu felicidad. La fuente de tu felicidad la tienes que encontrar en tu interior.

Tienes que ocuparte de tus responsabilidades para tener un techo, para tener refugio durante la lluvia o cuando haga frío y tener para comer. Entonces está bien. Pero tienes que comprender cuál es la principal motivación.

¿Qué te motiva? Acabo de estar en Malasia y le pregunté a las personas: “Todos han venido aquí porque quieren ser felices. Les pregunto: “¿Por qué? ¿Por qué quieres ser feliz? ¿Te has preguntado alguna vez por qué quieres ser feliz? ¿Por qué quieres sentirte pleno? ¿Por qué? ¿Qué tiene la felicidad de extraordinario para que te guste?”.

No digo que no deberías, pero solo te pregunto: “¿Alguna vez te preguntaste por qué quieres ser feliz? Claro que sabes por qué no quieres estar triste: porque eso te hace sentir horrible. Así que si la felicidad te hace sentir bien, ¿qué estás haciendo en tu vida para conseguirla?

Te fijas en un cangrejo, y él va por ahí sin GPS, sin tecnología. Pero tiene la suficiente tecnología para comer si lo necesita. Un cangrejito sabe esto. Y nosotros, ¿por qué lo hemos olvidado?

El cangrejo sabe que no necesita ponerse un reloj caro y todo eso. No estoy diciendo que no te pongas un reloj caro o que no tengas un coche de lujo ni una casa muy costosa. Pero no consideres estas cosas como la fuente de tu felicidad. La fuente de la felicidad está en tu interior.

Entrevistadora:

Hablando de la paz y de su capacidad de desarrollo en un individuo. Usted ha dicho que conocerse a uno mismo es a lo que todos tenemos que volver. Sin embargo, parece que la paz, hoy en día, es todavía un concepto teórico. Y parece que hay demasiadas implicaciones complejas para ponerla en práctica de manera eficaz. Así que, ¿cómo piensa que sería la metodología para que los países puedan ir de la teoría a la práctica? Me refiero a cuál sería el método.


Prem Rawat:

Bueno, tenemos que comenzar primero comprendiendo qué es la paz. Porque en mis viajes he comprendido que la mayoría de las personas no tienen idea de qué es la paz. Para la mayoría de las personas, la paz es una utopía. Es un mundo. Sin embargo, no entienden cómo surgió la palabra utopía.

Hubo una novela con ese nombre, escrita por un autor que por primera vez introdujo esta palabra –utopía. Básicamente, la palabra significa “el lugar que no existe” –utopía. Y sin embargo, en nuestra imaginación hemos creado un panorama donde...

¿Qué es la utopía? Es lo opuesto de nuestros problemas. En la utopía no tienes que trabajar, todos son felices. Es exactamente lo opuesto al mundo en que vivimos, que no nos gusta.

Si esto se aplica a la paz, entendiendo que utopía significa “el lugar que no existe”, nunca va a suceder. No es nada práctico tratar de crear en este mundo un mundo exactamente opuesto, sería imposible.

Pero si la paz se entiende como algo que ya se encuentra en tu interior, la paz es la experiencia, la experiencia de la alegría que está en tu interior. La paz es la experiencia de la claridad que está en tu interior, la paz es la presencia de la belleza que está en tu interior, la experiencia de la luz que está en tu interior.

 

Entrevistadora:

¿Sus últimas palabras para las personas que no están viendo?

 

Prem Rawat:

Eres muy afortunado por estar vivo. Has recibido el mayor de los regalos: el ir y venir de la respiración. Esta vida es lo más asombroso que tienes.

Naciste un día y un día te vas a tener que ir. No hay pero que valga. Lo que tienes no es el muro por el que pasaste al nacer ni el muro por el que pasarás al morir, sino que entre los dos muros está la vida.

La vida está bailando, está llamando tu nombre. La vida te está llamando a la alegría, a la felicidad. Y esa es la razón por la que te gusta ser feliz. Hazlo. Compréndete a ti mismo. Mírate a ti mismo. Mira y despierta en tu interior.

No esperes a que sucedan otras cosas. Lo que tiene que suceder ya ha sucedido. Y no hay mejor noticia que esa.

 

Entrevistadora:

Muchísimas gracias. Esto ha sido fantástico. El Sr. Prem Rawat, el Embajador Global de Paz, hablando para News First. Muchas gracias.

 

Prem Rawat:

Muchas gracias. Gracias.

Confinamiento, día 93 00:18:52 Confinamiento, día 93 Video Duration : 00:18:52 con Prem Rawat

CONFINAMIENTO – DÍA 93

CUENTA REGRESIVA AL PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ

 

SENTIR LA PAZ

PROGRAMA DE RADIO “MUJERES SABIAS E INDÓMITAS”

CIUDAD DE CABO – SUDÁFRICA

 

Lumka Ngxoli:

Es lunes y estamos en un hermoso país llamado Sudáfrica, en su mejor ciudad, Ciudad de Cabo. Hoy decidimos traerles un regalo especial, extraordinario, algo extra. Embajador de la paz, chef (espero lo sea para mí un día, la parte buena del plato…)

¡También piloto! ¿Qué más puedes decir de alguien así? ¿Una figura paternal?

Que difunde la paz: Embajador de la paz e inspirado orador. Viaja más que una estrella de rock. De país en país.

¡Mujeres! Siento que solo deberíamos aullar. Simplemente decir: “hola y bienvenido a África Prem Rawat”. Hola, hola, hola, hola. Uno, dos, uno, dos.

“Owou, owou, ouwwwwwwww!”

¡Prem, bienvenido!

Prem Rawat:

Bueno, ya fueron suficientes aullidos.

Lumka Ngxoli:

Bien, bien. Ya entendí, lo entendí. Prem, bienvenido al programa “Mujeres sabias e indómitas”. ¿Cómo estás?

Prem Rawat:

Estoy bien, gracias por invitarme a este programa. Ansioso por ver toda esta cosa indómita en acción.

Lumka Ngxoli:

Prem… dijiste que ibas a participar con nosotros en el alboroto. Es la primera vez que estás en nuestro programa, que estás acá sentado con tres mujeres locas.

Fluffy O’Panda:

Mujeres sabias e indómitas. No usemos demasiado la palabra “loca” por favor.

Prem Rawat:

Así es.

Lumka Ngxoli:

¿Estás entusiasmado?

Prem Rawat:

¡Si! Aquí estoy, espero poder decir algo hoy que signifique un cambio en la vida de alguna persona. Esa es siempre mi esperanza cuando hablo sobre mi mensaje de paz.

Lumka Ngxoli:

Y sí, Para las personas que nunca han escuchado a Prem es como poesía para los oídos. Pero es todo acerca de uno mismo, de comprenderse a uno mismo. Para todos los que no te conocen: ¿dónde comenzó este camino de difundir el mensaje de paz?

Prem Rawat:

En India, es donde nací. Es ahí donde empezó. Comencé a hablar cuando tenía cuatro años.

Lumka Ngxoli:

Sabes que esto es una presión para cualquier persona que tiene un niño. Porque ahora lo va a mirar y dirá: “¿Tú solo comes golosinas?”

Prem Rawat:

No, quiero decir que eso es algo que yo quería hacer. Me paré, era una reunión de muchas personas y mi padre iba a venir a hablar. Pero la gente estaba dispersa, desparramada por todas partes y sentí que eso no era bueno, él vendría a hablar y estaban todos dispersos. Entonces me paré, me senté en su silla y comencé a hablar. Cuando lo hice, todos empezaron a preguntarse: “¿Quién está hablando? Suena como si fuera un niño”. Todos quisieron venir a ver y se reunieron.

Y luego le mandé el mensaje a mi padre: “Ya están todos aquí. ¿Quieres salir a hablarles?” Fue ahí cuando comenzó para mí, simplemente hablar acerca de la paz.

Lumka Ngxoli:

¿Entonces, desde los cuatro años tienes el don de la palabra?

Prem Rawat:

No sé si el don de la palabra. Creo que es algo que mi corazón quería hacer. Salió naturalmente. Quería hablar acerca de la posibilidad de que lo que están buscando está en su interior. Que ellos son mejores que el estatus humano que creen tener, son mucho mejor que eso pero no lo saben, no lo entienden.

No es algo que viene de mi cabeza, espero. Realmente lo espero. Ruego que nunca me suba un escenario con un micrófono y empiece a hablar desde mi cabeza.

Realmente tiene que venir de mi corazón. De verdad, tiene que venir de mi corazón. Porque si el mensaje no proviene de mi corazón, si viene de mi cabeza, voy a estar confundido y voy a confundir a mucha gente.

El tema de la paz, el tema del ser humano, el tema de estar vivo, es algo que realmente tienes que sentir en tu interior, tienes que sentirlo en tu corazón. Y no se trata de la cabeza.

Robyn-Lee Pretorius:

Cuéntanos un poco sobre por qué estás en Sudáfrica. Diseñaste un programa que se llama “Programa de Educación para la Paz” y estás aquí para promocionarlo, al igual que tu libro y tu mensaje. ¿Quieres hablar un poco más de eso?

Prem Rawat:

He venido a Sudáfrica desde los años setenta. Ha sido intermitente, porque cuando vine por primera vez en los setenta no querían que hiciera reuniones mixtas y todo eso. Y yo dije: “No voy a hacer eso. Cualquier persona puede venir”.

Así que, cualquiera vendría y eso era contra las reglas de esa época. Me pusieron en una lista negra y no pude venir a Sudáfrica durante algún tiempo. Luego la situación cambió y pude venir nuevamente.

Y estoy aquí para hablar a la gente del mismo mensaje, es el mismo mensaje. Hace algunos años empezamos el Programa de Educación para la Paz. Comenzó de una manera muy sencilla, solo fue una forma de poder llegar a las personas que realmente lo necesitaban.

Al principio fue para instituciones de encarcelamiento o prisiones, como quieras llamarlas, para llegar a esas personas. Porque estaban ahí sin mucha esperanza realmente. Cada día viendo las rejas. Sí, ahí está la puesta de sol, pero están las rejas.

Están ahí, algunos por cinco años, otros diez años, otros quince años o veinte años… ¡es una vida muy dura! De verdad, es realmente una vida muy dura.

La idea no fue entretenerlos. Esa no era la idea, decir: “La sociedad dijo que tú debes ser encarcelado y nosotros venimos para asegurarnos de que todo esté bien para ti.”

No, la idea fue que si no hay un cambio fundamental en estas personas, van a regresar aquí. Porque cuando miras el índice de reincidencia es asombroso. Entonces, ¿qué podemos hacer que tenga un impacto profundo en sus vidas, para que de verdad puedan salir de este círculo? ¿Cómo puede lograrse ese impacto profundo?

El Programa de Educación para la Paz empezó así, y la Universidad de San Antonio, Texas, se dio cuenta de que las personas que pasaban por este programa eran las que tenían el menor índice de reincidencia. De todos los programas que había en esta institución, las personas que pasaban por el Programa de Educación para la Paz eran las que menos reincidían.

Lógicamente, para ellos eso fue: bin, bin, bin….sonaron las alarmas. ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué tiene de interesante este programa?

De hecho, yo fui a la prisión y hablé con los internos. Y hubo un cambio profundo, de verdad, en la vida de esas personas. Desde entonces se ha estado difundiendo ampliamente.

Pero ahora no está limitado a las prisiones, los veteranos también lo están haciendo. Está en los hospicios, en los hospitales, en la policía, en el ejército. El Programa de Educación para la Paz está llegando a todas las facetas de la sociedad.

Y lo más importante, lo más importante, es que las personas lo disfrutan. Realmente, de verdad lo disfrutan. En algunos de los otros programas había personas alcohólicas, había drogadictos, y al pasar por este programa han podido realmente hacer un cambio en ellos mismos.

Porque nosotros, como seres humanos, necesitamos tener el poder de hacerlo. Si no lo tenemos, y si no sentimos que lo tenemos, no podemos hacer nada. Le hablas a la gente de los problemas de este mundo y lo primero que te dicen es: “¿Y yo que puedo hacer?”

Porque nadie siente que tiene ese poder. Y ese es el problema en nuestra sociedad. La gente debería sentir que puede, que sí, lo que sea que hagas marca una diferencia. Cualquier cosa que hagas hará la diferencia.

Eso es el Programa de Educación para la Paz. Realmente empodera a las personas, empodera a los individuos a un nivel muy personal en el que participan. Hablan acerca de la paz, de lo que la paz significa para ellos, de qué sienten, de que la paz está dentro de ellos.

Debido a que el ser humano no está en paz no se comprende la dignidad humana, no hay comprensión de los seres humanos. La gente muere de hambre en este mundo, ¿por qué?, ¿hay escasez de comida?

Absolutamente no. No hay escasez de comida. La cantidad de comida que se tira es básicamente increíble. Es increíble cuánta comida se tira. ¿Y por qué las personas que están muriendo de hambre no pueden acceder a esa comida?

¿Qué pasó con el agua limpia? ¿Qué pasó con el agua potable? A donde voy veo botellas de agua, botellas de agua, botellas de agua. Mira, yo nací en India en una generación en la que no teníamos agua embotellada. Tenías agua de un grifo o de un pozo y era dulce, maravillosa y clara…

De repente “no, el agua se ha contaminado”. ¿Quién la contaminó? ¿Quién contaminó el agua para que podamos empezar a comprar agua embotellada?

Yo solo quiero que la gente se despierte un poquito en lugar de decir: “Bueno, eso es normal. Así son las cosas, ya sabes…”

Hay ciertas cosas que necesitamos como seres humanos. Una de ellas, que necesitamos todo el tiempo, es el aire. No duraremos mucho sin aire. ¿Quizás tres minutos? Existe la regla de los tres con estas cosas.

Y tiene que estar limpio, porque es increíblemente esencial e importante para nuestro cuerpo disponer de ese aire. La segunda cosa es abrigo. Tres horas y te puedes morir de hipotermia. Entonces necesitamos un buen refugio que nos proteja de esos elementos. Eso es muy, muy importante.

Luego podemos estar tres días sin agua y tal vez tres semanas sin comida (eso han sobrevivido algunas personas).

Mirando todo esto: es tan importante que nuestra comida, nuestra agua, nuestro aire y nuestro ambiente estén disponibles, porque son cosas muy importantes para nosotros. ¡No son lujos! Las necesitamos para sobrevivir, las necesitamos para vivir. 

Y las personas no están prestando atención a estas cosas, estamos buscando prosperidad. “Prosperidad”, ¿cuál es la definición de prosperidad? ¿Cuál es la definición de paz? La paz es algo que hay que sentir. Y la prosperidad ¿es algo de verdad objetivo, o subjetivo? “Me siento próspero. Tengo agua, tengo comida, tengo un lugar donde estar. Me siento próspero.”

Porque hay personas que lo tienen todo y no se sienten prósperos. Entonces, ¿es objetivo o subjetivo? Lo mismo sucede con la paz, ¿es objetivo o subjetivo?

Digamos que vives en la cima de una montaña, usas ropas de un cierto color, te llamas de cierta forma y llevas el cabello de cierta manera. Entonces debes estar en paz. De verdad, ¿eso es todo?

Eso no es paz. La paz es algo que sientes. No es algo objetivo, sino que es subjetivo. Y tienes que sentirla. Tienes que sentir la paz en tu vida, no solo un día sino todos los días. Cada día.

Lumka Ngxoli:

Esta debe ser una de tus peores entrevistas. Pero, ¿cómo esperas que la gente pueda tener una conversación contigo cuando tiras estas bombas, como gotas, por todas partes? Sigues diciendo esas cosas profundas y todos terminamos con una cara como de: “¿Y ahora qué digo, quién soy yo?”

Prem Rawat:

Pero estas cosas son muy sencillas. No son cosas que cayeron del cielo. Es simplemente una necesidad del ser humano y es de eso de lo que estamos hablando.

No es nada rebuscado, no tienes que ser un genio para darte cuenta. Estamos aquí, hay un solo planeta Tierra. Este es el planeta Tierra que habitamos, aquí estamos.

Las cosas son bastante sencillas, así lo veo yo. Han estado buscando vida en otros planetas y no han encontrado nada todavía.

Lumka Ngxoli:

Sí, nada.

Prem Rawat:

Siguen diciendo: “Podría haber vida acá, podría haber vida allá.” Y yo digo: “Entiendo por qué tienen que hacer eso. Tienen que hacerlo porque un día este planeta Tierra va a desaparecer. Y por eso los seres humanos están buscando otros planetas para vivir, otras superficies, otros lugares.”

Pero, los cimientos de ese futuro, ¿son buenos o malos? ¿Fundamentalmente buenos o malos? Si no podemos tener paz, prosperidad y dignidad en este planeta ahora mismo buscamos otros lugares, pero llevaremos la misma enfermedad y la suplantaremos en esos otros lugares.

Al menos como un simple experimento. Por eso digo que: “¡La paz será el mejor logro de la humanidad, el mejor!” Y la necesitamos aquí. La necesitamos aquí para que podamos decirnos: “Sí, podemos vivir todos en paz, sin matarnos los unos a los otros”.

Robyn Pretorius:

Como sabes, en Sudáfrica en este momento hay mucha desconfianza entre las personas, mucha ira, mucha frustración. ¿Cómo dejamos todo esto atrás?

Prem Rawat:

Esto es algo que las personas tendrán que preguntarse a sí mismas. Una pregunta sencilla: cuando dices “dejar atrás”, eso significa seguir hacia adelante. No solo dejar atrás, sino seguir hacia adelante, ir hacia algo positivo, hacia algo bueno. ¿Quieres hacer eso?, ¿de verdad quieres hacerlo?

Robyn Pretorius:

Si quiero, y creo que todos los demás también lo quieren.

Lumka Ngxoli:

La mayoría no lo quiere. No están listos para hacerlo.

Prem Rawat:

Llegar a la idea de que “necesito seguir adelante, necesito continuar. No puedo quedarme en esta situación, no puedo permanecer en esta posición. Porque mientras siga en esta posición seguiré siendo una víctima de todas las cosas que han sucedido en el pasado.”

Sudáfrica tiene una cosa increíble, realmente increíble. Y ese activo, esa fortaleza que veo, son las personas de Sudáfrica. Porque lo que han soportado es absolutamente asombroso. Son el testimonio de la resistencia del ser humano.

Y si se lo proponen pueden hacerlo, pueden hacer lo que quieran con esa clase de resistencia, con ese poder que tienen. Pero no creo que nadie esté viendo cómo darse mutuamente ese poder, es todo desconfianza, desconfianza, desconfianza.

Hay mucho mal en este mundo, pero también hay mucho bien. Hay mucho odio en este mundo y también hay mucha bondad. Lo que tenemos que hacer es preservar la bondad, tenemos que perpetuar, mantener lo bueno en las personas.

Tienes esta vida. Del día en que naciste no tienes control. Del día en que te vas a morir no tienes control. Pero cada día entre medio es tuyo. Haz que suceda, haz que valga la pena.

Estoy aquí, hablando acerca de la paz y si piensas que yo estoy en paz todo el tiempo: no. ¡No! ¿Es todo perfecto para mi cada día? No. ¿Pero sabes algo? Cada día lo intento, lo intento.

¿Y qué va a pasar? Bueno, un hábito es algo que hace que las cosas sucedan fácilmente. Así son los malos hábitos y también los buenos hábitos. Si puedo hacerme el hábito de estar consciente, de no desperdiciar mi tiempo, de no perder mi tiempo… mi vida, mi vida es mi tiempo. No puedo dárselo a nadie. No puedo.

Así es tu vida, se queda contigo y puedes hacer lo que quieras con ella. Puedes hacer lo que quieras. Yo le digo a las personas: “Mira, tú quieres morir e ir al cielo. Lo entiendo. Pero, ¿qué tiene de malo lograr el cielo aquí, para nosotros? Lograr el cielo aquí.

Confinamiento, día 92 00:17:04 Confinamiento, día 92 Video Duration : 00:17:04 con Prem Rawat

CONFINAMIENTO – DÍA 92

CUENTA REGRESIVA AL PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ

 

Lo que no cambia

Long Beach, Estados Unidos

 

El mensaje sobre la paz es un mensaje muy hermoso. Porque el mensaje no es que tenemos que hacer esto y aquello para conseguir la paz, sino que el mensaje es que la paz reside en ti. Qué increíblemente simple es ese mensaje.

Cada día despertar a la posibilidad de sentirse pleno. No por las cosas externas sino por los elementos mismos que son parte de todo ser humano. Y por lo tanto no importa quién eres, donde estás, cuáles son tus circunstancias. Puedes sentirte pleno.

¡Y estar pleno! Vivimos en un mundo que es muy diferente, créeme. El otro día, bueno no fue el otro día, fue hace unos cuantos meses… estaba leyendo y pensé en lo siguiente: ¿cuál es la definición de felicidad? Me puse a investigar y me encontré con una página de las Naciones Unidas.

Muy interesante. La felicidad tiene una definición. Hubiera pensado que la felicidad es algo subjetivo, sólo por experiencia. Puedes estar feliz cuando todo va mal. Cuando todo, todo está saliendo mal, puedes estar feliz. Y todo puede estar yendo bien y tú estar enojado.

Pero no, ellos lo definieron como que tienes un techo, tienes alimento, tienes acceso a agua, tienes atención médica y por lo tanto eres feliz.

Y me dije: un momento, esto suena como “prosperidad”. No se le debería llamar felicidad. Se le debería llamar “ser próspero”. Para ser próspero, uno necesita un futuro, un techo, alimentos, atención médica.

Y yo sé que son personas inteligentes, así que, ¿quién soy yo para decirles a ellos que se equivocaron al escribir la palabra? Debería decir prosperidad, no felicidad. La felicidad no requiere nada. Solo a ti. Solo tu ser. Solo que tú estés en contacto contigo mismo.

Pero nuestra creencia básica es que somos incompletos. Y no es culpa nuestra. Con esto es con lo que nos han taladrado la cabeza. No es información que haya venido con nosotros sino información que la gente nos ha dado y que nosotros, simplemente, hemos aceptado sin cuestionar.

Y esto es lo que necesitamos preguntarnos: ¿por qué estoy incompleto? Tengo sed, necesito agua. Soy agua en un 70%, así que necesito agua. Sucede que vivo en un planeta donde hay agua.

¿Te imaginas ser un ser humano que pasa por el proceso de evolución y acaba deseando, requiriendo, necesitando algo, y que eso falte? ¿Crees que la evolución te lo hubiera permitido? Si necesitaras agua y no hubiera agua, ¿crees que hubieras evolucionado? Claro que no. Rotundamente no.

Necesitas oxígeno y hay oxígeno ¿Crees que se te hubiera permitido evolucionar? No. Rotundamente no. Pero aquí estás. Y todo lo que necesitas está aquí contigo también. Pero tienes que verlo, tienes que sentirlo.

Esto sorprende mucho a la gente. Cuando digo, y no estoy hablando de la paz imaginaria, hablo de una paz real, una paz que puedes sentir en tu vida ¿Qué? ¿Qué? ¿Existe una paz que uno puede sentir en la vida?

Ya has oído la palabra “armonía” ¿verdad? Ahora, aquí está la prueba práctica de lo que verdaderamente significa armonía para nosotros. No nos parece algo desagradable. Al igual que la armonía, hay sensaciones, experiencias dentro de nosotros, que no nos resultan desagradables.

Luego hay sentimientos en nosotros que sí nos resultan desagradables. Y la ira está cubierta de azúcar, por eso caemos en ella. Sabemos que no nos gusta. Eso lo sabemos, pero como se nos presenta cubierta de azúcar no nos damos cuenta de que estamos por tragar una píldora amarguísima, hasta que ya te la tragaste.

De la misma manera, en nuestra vida vemos algo. No hay ninguna diferencia. Los ojos ven lo que ven. Vemos algo hermoso y nos gusta. Vemos algo feo y no nos gusta.

¿A dónde voy con esto? Hay un sentimiento en tu interior que a tu corazón no le resulta desagradable sino que le resulta muy agradable. Muy armonioso. Y a esta sensación se le llama paz. A esta sensación se le llama claridad. Esta experiencia es la luz. La luz.

Cuando escuchas la palabra luz no se refiere a eso. No se refiere a esa luz que se produce por un filamento que se quema, no hay filamentos dentro de ti. La luz que aparta la oscuridad. ¿Qué es la oscuridad? La oscuridad es todo aquello que te resulta desagradable. Ese es el contexto en que se encuentra tu luz. Yo sé que nunca has escuchado esto antes.

Porque cada vez que escuchas algo sobre la luz ves la “escalera de Jacob”. Sabes qué es la escalera de Jacob, ¿verdad? Son rayos de luz que salen de una nube: “¡Ta-raaan, luz!”

No. Para que ese tipo de luz se encontrara en tu interior requeriría algún tipo de fusión, combustión, electricidad, fuego. Fusión. ¿Realmente quieres fusión?

Pero actúa simplemente como una luz porque quita la ambigüedad. Quita la oscuridad. ¿La oscuridad? No la oscuridad de lo que no es visible, sino la oscuridad que no te permite estar en el lugar donde quieres estar. El abismo.

Así que trae a tu vida esa luz en donde puedes estar en armonía con tu propio ser. Esa es la esencia.

Naciste, estás vivo y un día tendrás que morir. Nadie quiere hablar de eso. Yo tampoco. No sirve para nada. Es una cita que se ha hecho. Un trato hecho. Pero el día de hoy también es un trato hecho.

Se necesitaron millones y millones de años para que yo esté vivo hoy. No fue un accidente. Se necesitaron millones y millones de años para que tú estés vivo hoy. Para que tú, es decir, tú, me refiero a ti como esa persona.

Y esta es la pregunta: ¿por qué sufre alguien sobre la faz de la tierra? No es por falta de alimentos o de agua. ¿Por qué? Porque básicamente se reduce a que no nos comprendemos a nosotros mismos.

Cuando Sócrates dice: “Conócete a ti mismo”, hombre… esta es una afirmación cargada. Implica mucho más de lo que te puedas llegar a imaginar. Porque la consecuencia de no conocerte a ti mismo es estar al borde de la destrucción total. Y definitivamente sufrir. Ya nadie se siente seguro. ¿Y a qué precio? ¿A qué precio?

Aquí estamos. Reconoce el verdadero significado de la vida. La vida es un manantial que se encuentra dentro de ti. Ábrete a la posibilidad de sentirte pleno. Porque cuando descubras quién eres te darás cuenta, verdaderamente, que supera cualquier expectativa que hayas tenido sobre ti mismo.

Este es el momento de aceptar lo que se te ha dado en este momento tan extraordinario. Y se trata de un momento. Es un momento ¿Crees que la tierra va a existir siempre? No. Un día desaparecerá. Un día, todos los vestigios humanos desaparecerán.

Esto no es nada nuevo. No es una catástrofe para el universo. Es algo normal. Es lo que ocurre. Soles, estrellas, galaxias enteras, simplemente desaparecieron.

Dos agujeros negros chocaron hace miles de millones de años, cuando la tierra ni siquiera existía, y emitieron una onda gravitatoria a través del universo. En septiembre de 2015 esa onda se manifestó en el planeta tierra. Y todo esto ya había empezado cuando la tierra ni siquiera existía.

Es algo vastísimo. Tú estás en una mera motita de polvo -realmente una motita- en una zona bastante tranquila de la galaxia. Y una piedrita que llegue volando puede destruir la vida aquí. Eres así de frágil. Y en este planeta hay vida. Vida.

Ha llegado el momento, verdaderamente, de despertar y tomar conciencia de lo que está ocurriendo aquí. Y de traer la paz. Siempre se ha dicho que va a venir alguien, un mesías o un profeta que traerá la paz. ¿Quién lo dijo? ¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? ¿Lo ves? Ni siquiera sabes su nombre.

Porque nadie lo dijo en realidad. Es como un teléfono descompuesto. Alguien te dice algo en el oído y tú dices una cosa, y luego otra, y nadie sabe qué.

No. Hay un mesías en cada uno. Hay un profeta en cada uno. Establece la paz ahora. Ha llegado el momento. No de una fantasía, de una gran idea, sino de la realidad en su aspecto práctico. Porque no podemos continuar así. No va a funcionar. No va a funcionar. No es sostenible. No es reversible.

Entonces, la paz comienza, claro, con cada uno de nosotros. No pierdas la esperanza. Avanza. Avanza. Encuentra tu fortaleza. La tienes.

Esto es lo que ocurre cuando te apoyas en algo y te lo quitan. Te vas a caer. No te apoyes, tienes que valerte por ti mismo. Y luego, que suceda lo que suceda. Las personas vienen y van. Todo está en movimiento. Todo cambia. Pero también hay algo inmutable, algo que no cambia, que reside en ti.

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